Por Ana María Padrós, fundadora de Team Seven

Desmitificando los juegos de azar presenciales

Ana María Padrós es la fundadora de TEAM SEVEN, consultora de soluciones de marketing para la industria de los juegos de azar a nivel regional.

Ana María Padrós es la fundadora de TEAM SEVEN, consultora de soluciones de marketing para la industria de los juegos de azar a nivel regional. 

03-12-2020
Tiempo de lectura 2:55 min
En su reciente columna, Ana María Padrós destaca el rol del juego a nivel social, desentraña la mala imagen que tiene para la opinión pública el sector de casinos, y los rescata como una de las mejores opciones de diversión disponible. A continuación, su visión de este sector.

Desmitificar: Disminuir o privar de atributos míticos a una persona o una cosa, poniendo en evidencia sus características reales.

Es interesante como nuestras creencias influyen en la percepción que tenemos de las cosas. Recientemente conversaba con una persona muy cercana, que volvió a mi vida hace un par de años pero con quien nos conocimos 25 años atrás.

Él se perdió el tiempo en que entré a la industria del juego, y la imagen que tenia de los casinos era algo así como un ambiente de perdición, en el que “licor, damas de compañía y ludópatas” eran parte del día a día.

Al principio no me lo dijo, porque inteligentemente prefirió entender por sí mismo esta industria que para él, era tan gris. Pues rápidamente se dio cuenta que el mundo de los casinos está muy lejos de esa imagen negativa y que, por el contrario, son lugares de reunión social y diversión.

Empecemos a desmitificar:

Licor: en los casinos de Perú se regala la comida y bebida, incluido el licor, pero todo en la justa medida. Lo último que quiere un casino que se respeta, es que sus clientes pierdan la conciencia y creen conflictos, el personal esta siempre vigilante para que nadie se pase del límite.

En los casinos de otros países, en los que también se vende licor, el control es igual: no se permite clientela que pase los limites y pierda el respeto por las personas y las cosas materiales. Como en todo, hay excepciones, pero de seguro es una pequeña minoría.

Damas de compañía: los casinos son una gran fuente de trabajo digno. Contratan mayoritariamente a gente joven que estudia y trabaja. Hay una gran cantidad de madres solteras que son el sustento principal de su hogar. Estos chicos y chicas son, en su mayoría, parte de la atención directa al publico y, además de brindar un servicio, brindan su amistad, cariño, alegría y buen trato a los clientes que -en gran porcentaje- son personas mayores que buscan atención y un ambiente cálido que les brinde compañía.

El equipo directivo de un casino sabe que la mayor parte de sus mejores clientes son del género femenino, y que una mala acción de alguna colaboradora ofendería a estas señoras, que no volverían con sus parejas y menos solas.

El personal de sala sabe bien que no se permiten actos no éticos o inmorales en estos negocios.

Al contrario de todo lo anterior, hay muchos ejemplos de profesionales que se han formado dentro de los casinos. Han aprendido del negocio, se han capacitado y han ascendido. Muchos de los hoy gerentes, empezaron en los cargos más bajos de la cadena.

Ludopatía: en una columna anterior sobre juego responsable, me referí a este tema indicando que más allá de ser muy pequeña la cifra de personas que padecen de esta enfermedad en el mundo, son los encargados de los casinos los primeros en procurar que no accedan a los juegos de azar.

En Perú, existe la ley 29.907 para la prevención y el tratamiento de la ludopatía y su respectivo reglamento.

Esta ley determina que no esta permitido el ingreso a las personas que se encuentran comprendidas en el “Registro de personas prohibidas de acceder a establecimientos destinados a la explotación de juegos de casino y maquinas tragamonedas”; las salas de juego deben controlar el ingreso con el documento de identidad del visitante y cotejar con dicho registro.

Partamos entonces por este principio: los casinos son una opción de diversión.

Dependiendo del distrito, ciudad o país; su clientela esta compuesta mayoritariamente por hombres y mujeres de mediana edad. A diferencia de un cine, en el casino se entablan amistades, debido a la frecuencia de visita y al tiempo de permanencia.

Los sorteos y los premios de las máquinas o mesas, dan a los asistentes la oportunidad de alargar el tiempo de entretenimiento, y el servicio gratuito de alimentos y bebidas compensa lo que hubieran podido gastar en salir a comer a un restaurante.

En definitiva, el casino es un combo de diversion: “Entretenimiento con posibilidad de ganar, comida, bebida, sorteos, show en vivo, buen trato, amistades y buen ambiente”. En el mundo del entretenimiento, no hay una oferta más completa...

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