El presidente de Filipinas anunció el cierre de la industria de casinos virtuales y juegos online

El presidente de Filipinas, Ferdinand Marcos, anunció que se cerrarán los casinos virtuales y juegos online con el fin de "acabar con la criminalidad asociada a estas empresas" que generan cientos de millones de dólares en beneficios y están dirigidas a extranjeros, principalmente chinos.

Durante un discurso que emitió en el Parlamento, el mandatario expresó que la empresa reguladora del juego de ese país, PAGCOR (Philippine Amusement and Gaming Corporation), tendrá plazo hasta finales de este 2024 para acabar con las operaciones de compañías que ofrecen servicios de casinos online y juegos online solo a personas fuera de Filipinas, informó el periódico La Vanguardia.

“Por tanto, ordeno a PAGCOR disolver y apropiarse de las operaciones de las POGO (siglas en inglés de operadores de juego extraterritorial de Filipinas) para finales de este año”, precisó.

Según las palabras de Marcos, estas empresas “bajo la apariencia de legitimidad, vulneran las leyes filipinas con actividades ilegales como estafa financiera, blanqueo de dinero, prostitución, tráfico de personas, secuestro, tortura brutal e incluso asesinato". "El grave abuso y falta de respeto a nuestro sistema de leyes debe parar”, subrayó.

Estos casinos virtuales gestionan páginas web donde se puede jugar a la ruleta, al póker o las tragamonedas en versión digital y fueron legalizadas en Filipinas en 2016 bajo la presidencia de Rodrigo Duterte (2016-2022). El entonces presidente no cerró este tipo de negocios, pues alegó que traían beneficio económico para el país.

De acuerdo al medio filipino Rappler, se estima que unas 41.800 personas, de los cuales un 18% eran chinas, trabajan en más de medio centenar de compañías de juego online que en 2019 aportaron unos PHP 104.000 millones (unos USD 1.780 millones) a la economía filipina.

Sin embargo, estos casinos virtuales también están vinculados a actividades delictivas como lavado de dinero y prostitución y las autoridades de China, donde el juego está prohibido, denunciaron que emplean a ciudadanos chinos en condiciones de “esclavitud moderna”, finaliza el medio español La Vanguardia.