El presidente del Senado, Rodrigo Pacheco (PSD-MG), afirmó que el país "cometió un error" al aprobar la ley de apuestas online en 2018, y luego regularla en 2023, sin antes legalizar los casinos terrestres.
"Brasil cometió un error al aprobar esta ley de apuestas electrónicas antes de aprobar los casinos terrestres. Pusimos el casino dentro de las casas de las personas y no aprobamos el casino en la calle", aseguró el senador en declaraciones a UOL.
Y añadió: "La experiencia de Brasil con las apuestas deportivas y los juegos de azar ha sido la peor posible y ha contaminado la legalización de los juegos en su conjunto. Así que el proyecto de legalizar los 'juegos físicos', llamémoslo así, sólo puede avanzar si hay algún tipo de limitación, una reprimenda contra la realidad actual de Brasil en relación con las apuestas".
Aprobado por la Comisión de Constitución, Justicia y Ciudadanía (CCJ) del Senado en junio, el proyecto de ley 2.234/22, que legaliza los casinos, bingos y juegos de azar, está a la espera de ser votado en el pleno.
Irajá Silvestre
El ponente del proyecto de ley, Irajá Silvestre (PSD-TO), señaló que es necesario esperar a que "baje la temperatura" antes de votar el proyecto, en referencia a las fuertes críticas que está recibiendo el sector del juego en círculos políticos y en la prensa.
En la entrevista con UOL, Pacheco también argumentó que las apuestas deberían prohibirse si la regulación no revierte lo que llamó la "industria de la adicción". La declaración refuerza una posición ya adoptada por el presidente Luiz Inácio Lula da Silva (PT) y el vicepresidente Geraldo Alckmin (PSB).
"Ahora tenemos que invertir en investigar, regular, filtrar reglas más duras y tratar de revertir el flagelo en que se ha convertido este tipo de juego en Brasil, haciendo vulnerables a las personas, que incluso utilizan sus beneficios sociales para jugar", subrayó.
"Entonces, si no se puede revertir esta realidad, si no es algo lateral en la sociedad, si está en la vida de todos los brasileños de esta manera, no hay otro camino que prohibirlo. Estoy totalmente de acuerdo con la afirmación del presidente Lula de que si la regulación no resuelve el problema, se puede abolir", concluyó Pacheco.