Javier Balbuena, expresidente de la Comisión Nacional de Juegos (Conajzar) de Paraguay y exdirectivo de la Corporación Iberoamericana de Loterías y Apuestas de Estado (Cibelae), lanzó el blog Regulación y negocios de juegos de azar, mediante el cual ofrece al público profesional del rubro comentarios acerca de los avances y la problemática regulatoria en la región iberoamericana.
En una época de nuevas regulaciones en el ámbito de los juegos de azar, nos encontramos con jurisdicciones que han sido avasalladas por el exceso de reuniones previas a la determinación de criterios regulatorios. Esas exageraciones no siempre son sinónimo de calidad. Muy por el contrario, muchas veces pueden ser improductivas y perjudiciales.
Normalmente algunas autoridades —con carácter egocéntrico— suelen caer en la necesidad de convocar a repetidas reuniones de equipo, produciendo lo que en este articulo llamamos reunionitis regulatoria.
El avance de la tecnología y la aparición de nuevas modalidades de juegos exigen de los entes reguladores una dedicación especial, a los efectos de discernir qué tipo de regulación o juegos insertarán en el mercado. Por ello, en busca de las mejores respuestas a todas las interrogantes, frecuentemente invierten tiempo (demasiado) en reuniones.
La repetida discusión sobre el mismo tema es una frecuente situación que se desarrolla dentro del ámbito de la regulación de los juegos de azar. Estas discusiones en algunos casos se prolongan por años sin que el Estado tome alguna decisión, a pesar que frecuentemente se cuenta con toda la información para regular.
Prolongar una reunión resulta muchas veces necesario. Sin embargo, el mal o exagerado uso del tiempo en las reuniones es categóricamente perjudicial para el normal ritmo de las organizaciones. Reunirse seguido sin la imperiosa necesidad de hacerlo puede ser producto de autoridades egocéntricas que necesitan que su equipo constantemente las acompañen y con ello sentirse líderes de la manada.
Las reuniones deben reservarse para temas de complejidad que sean imposible resolver por medio de otros mecanismos de comunicación como los emails, videollamadas, videoconferencias etc. La reunionitis regulatoria es uno de los vicios de las organizaciones, que hace que el proceso regulatorio tarde más de lo esperado e incluso no se concrete.
El exceso de reuniones en cualquier ámbito (institucional, nacional, estadual, regional, internacional) lleva a las organizaciones a perder de vista el objetivo principal y probablemente llegar tarde ante las necesidades regulatorias, por ello cada vez que ocurre este tipo de cosas se dice que el estado siempre llega tarde para enfrentar los desafíos del mercado lúdico.
Regular no es una tarea fácil, por ello debemos afianzar el camino para llegar al objetivo con reglas claras para las reuniones, inclusive se puede reglamentar el tiempo que cada participante podrá hacer uso de palabra. Si no lo hacemos, podemos caer en el exagerado uso de la retórica.
El rubro de los juegos de azar requiere de un ejercicio más dinámico en el proceso de la toma de decisiones. Al final de la jornada, el Estado sigue perdiendo la batalla contra los juegos ilegales, la contradicción del sistema financiero, la ludopatía, el lavado de dinero y contra cualquier otro mal que afecta el mundo tan complejo de los juegos de azar.
No se debe temer a la regulación. No se puede esperar el momento correcto o la regulación perfecta. Mucho peor es esperar y no regular. Es preferible regular, equivocarse y corregir. Por eso, es imprescindible para las organizaciones inyectarse el antídoto correcto para fulminar el mal de la reunionitis regulatoria.