En los últimos días, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador anunció que, durante su mandato de 6 años, no se concederán nuevas licencias para la apertura de casinos en el país. Además, según informó La Política Online fuentes cercanas al gobierno aseguran que están buscando ejercer aún más controles sobre la industria que aporta 30 mil millones de pesos (equivalente a US$543.155.000) anuales al PIB.
Según el medio, el final de las licencias para nuevas salas es también un gesto al cardenal Rogelio Cabrera, actual jefe del Episcopado mexicano, ya que la Iglesia Católica ha solicitado en diversas ocasiones que se impidan nuevas aperturas de casinos tras la tragedia del Royale, en el sexenio de Felipe Calderón.
Esta decisión les fue comunicada la semana pasada a los principales ejecutivos de este negocio en un encuentro protagonizado por Julio Scherer, consejero jurídico de la Presidencia; y afectará a numerosos actores de la industria, ya que en la actualidad la misma está en manos de dos grandes grupos: el mexicano Caliente y el español Codere.