El gobierno japonés ha rechazado la propuesta de construir un casino en la prefectura de Nagasaki, expresando su escepticismo sobre la viabilidad financiera del proyecto. La decisión marca un momento crucial para la incipiente industria del juego en el país, dejando a Osaka como la única prefectura que persigue un proyecto similar dentro de la nación.
Inicialmente previsto para su desarrollo en Huis Ten Bosch, un complejo turístico de Sasebo, el IR (complejo integrado) de Nagasaki tenía como objetivo su lanzamiento en 2027. El año pasado, la prefectura presentó un plan al Ministerio de Territorio, Infraestructuras, Transporte y Turismo, en el que se esbozaba una inversión de USD 3.100 millones, financiada principalmente con préstamos de instituciones financieras.
Sin embargo, surgieron incertidumbres tras la quiebra de Credit Suisse, un contribuyente crucial para la recaudación de fondos del proyecto.
Un comité asesor, compuesto por expertos en turismo y economía, expresó su preocupación por los cambios en las asociaciones de inversores y las garantías financieras insuficientemente documentadas, lo que generó dudas sobre la obtención de los fondos necesarios.
Destacaron la falta de experiencia demostrada por los inversores en la explotación del IR y plantearon cuestiones relativas a las medidas para hacer frente a la adicción al juego y las actividades ilegales, temores habituales en torno a las iniciativas de casinos.
Esta decisión se produce en medio de las deliberaciones en curso sobre el panorama de los casinos en Japón. El proyecto de Osaka, el primer casino de Japón, fue aprobado a principios de este año.
Previsto para materializarse en Yumeshima, una isla artificial de la bahía de Osaka, pretende atraer a 20 millones de visitantes al año, generando sustanciosos beneficios económicos por un total de USD 8.100 millones anuales. El coste estimado del complejo de Osaka es de aproximadamente USD 9.000 millones, y su lanzamiento está previsto para otoño de 2030.
El rechazo de la propuesta de Nagasaki subraya el escrutinio que se aplica a las empresas de casinos en Japón. Más allá de las meras perspectivas económicas, el gobierno evalúa los proyectos en función de la afluencia potencial de visitantes internacionales, los beneficios económicos y las estrategias para abordar los problemas relacionados con el juego.