Karen Sierra-Hughes: “El 2024 fue una montaña rusa de emociones para los desarrollos regulatorios en Latam”

Como sucede cada año, Yogonet convocó a los principales actores de la industria para que compartiesen sus balances y opiniones sobre los últimos 12 meses, y analizaran las proyecciones que presenta la industria del juego para el próximo año. En este sentido, Karen Sierra-Hughes, vicepresidenta para Latinoamérica, Caribe y España de GLI, aportó su visión sobre el destacado avance de los procesos regulatorios en la región, al tiempo que analizó los desafíos que éstos representarán para los operadores y proveedores en 2025.

¿Qué balance puede hacer de lo que fue el 2024 para GLI, en particular en Latam?

En pocas palabras, una montaña rusa de emociones. En todas las regiones de LatAm se han dado importantes desarrollos regulatorios que implican no solo la legalización de nuevas verticales de juego, sino también la apertura de nuevas jurisdicciones y avances legislativos que deparan un 2025 aún más emocionante de lo que ha sido el 2024.

Desde Perú, con la exitosa reglamentación que se tradujo en la formalización de una industria pujante en el país, y Brasil convirtiéndose en la jurisdicción más grande de LatAm de juego online y apuestas deportivas, hasta otras jurisdicciones que, aunque en diferente grado, también han experimentado cambios regulatorios y legislativos como República Dominicana, México, Colombia, Paraguay y provincias de Argentina, para mencionar algunas.

Al mismo tiempo, se han dado algunos cambios legislativos que impactan a nuestro sector grandemente, así como las expectativas que se tienen del crecimiento sostenible de la industria, como el caso de Perú con el nuevo impuesto promulgado en diciembre, y en el caso de Chile, con un proyecto de ley que establecería las bases de la industria regulada de apuestas deportivas y juego online que lastimosamente queda ahora para posible aprobación en el 2025.

Como es nuestra misión y visión, estamos pendientes y envueltos en todos los procesos regulatorios apoyando desde nuestra perspectiva, para transmitir nuestro testimonio de que el juego regulado y controlado es posible, y que existen las herramientas técnicas para que se garantice la transparencia, integridad y auditabilidad del juego, para lograr el balance ideal entre los objetivos de la política de juego y el crecimiento sostenible de la industria.

Desde la integridad del juego, la auditabilidad de procesos e ingresos, la protección al consumidor, la prevención del lavado de dinero, la integridad del deporte y la prevención de amaños de partido, la prevención de fraude de jugadores, las herramientas y modelos basados en inteligencia artificial y machine Learning. Todo esto y muchas otras aristas son parte del trabajo que realizamos junto a a los reguladores y la industria.

¿Qué retos identifica para el sector del juego con miras al 2025?

Mayor proactividad en temas de juego responsable, para evitar medidas regulatorias radicales. Mayor colaboración interinstitucional e interjurisdiccional a nivel de gobiernos, para combatir flagelos que trascienden fronteras para poder proteger a nuestra industria y a la población de manera más efectiva, en temas como juego ilegal, la prevención de fraude de jugadores y prevención de amaños de partidos.

Mayor desarrollo de software que ofrezca mejores herramientas a nuestros operadores para todo ello incluyendo también el juego responsable. Mayor diversidad y variedad de estas herramientas para que sean más asequibles para todo tamaño y tipo de operadores, adaptándose también a las necesidades culturas y económicas locales.

¿Qué expectativas tienen como compañía con gran peso y presencia en la región, de cara al 2025?

Que podamos continuar presenciando avances positivos en la región, y ser parte integral de estos. Ver que nuestros operadores y proveedores de la región sigan creciendo y logrando sus objetivos de expansión. Que nos sigan permitiendo ser parte de su camino, como lo han hecho desde que GLI inicio en esta región hace casi 25 años, y por último y por qué no, que regulaciones latinoamericanas lleguen también a convertirse en modelos de referencia global.