Para volver a abrir las puertas de sus casinos, en Uruguay se estableció un protocolo de seguridad por la presencia del COVID-19.
Una de las principales características es que habrá un aforo reducido de una persona cada cinco metros cuadrados. Además, se implementarán “estrictas medidas de limpieza, sanitización y distanciamiento social para clientes y funcionarios”.
Otra de las acciones previstas es que se facilitará “en forma permanente alcohol en gel y productos de cuidado personal para la limpieza de manos".
A su vez, se medirá la temperatura corporal previo al ingreso a la sala. El uso de tapabocas será obligatorio y, “en caso de que eso no ocurra, la gerencia respectiva podrá aplicar el derecho de admisión y/o derecho de exclusión previsto en la ley”.
Se realizará la desinfección y sanitización periódica de monitores, teclados y sillas, y “en las salas de slots habrá distancia de dos metros entre las máquinas”. En el caso de los juego de paño, “estará limitada la cantidad de jugadores y no se recibirán billetes en las mesas”.