Si la estadía se alarga, argumentan desde el gobierno, es más probable que el gasto de este tipo de visitantes se incremente y la actividad gane peso dentro de la industria turística.
Con ese objetivo en mente, elevó un proyecto de ley a la Asamblea General, que busca que los casinos que funcionan dentro de este tipo de embarcaciones puedan operar cuando estén navegando o atracados en aguas territoriales uruguayas, cosa que al día de hoy no están habilitados a hacer. Según el texto, solamente los pasajeros del crucero podrán visitar estos casinos.
Esto "permitiría a los turistas hacer otro tipo de paseos, ver diferentes espectáculos y en definitiva difundir mejor al Uruguay y a su vez permitir mejorar los ingresos indirectos de la actividad de cruceros", se señala en la exposición de motivos.
Asimismo, se indica que en Chile "ante reclamos parecidos se adoptó una legislación que le permite a estos buques tener los casinos abiertos mientras se navega en aguas chilenas".
En diciembre pasado, cuando se dio cuenta de la elaboración de este proyecto de ley, el director Nacional de Hidrografía, Jorge Camaño, dijo al portal de Presidencia que este era uno de los impedimentos por los cuales los cruceros recalaban pocas horas en los puertos nacionales.
Según los datos manejados en ese momento, en la temporada 2015-2016 desembarcaron 196.000 pasajeros y tripulantes en el puerto de Montevideo y 121.000 en el de Punta del Este. El gasto ascendió a USD 7,6 millones en la capital y a USD 3,5 millones en el balneario esteño.
En Montevideo, el gasto fue el 59,9% para compras, 26,2% para alimentación, 8,9% para tours por la ciudad, 2,8% para otros y 2,1% para transporte. En Punta del Este, en tanto, el 55% se destinó a compras, 25,1% a alimentación, 13,8% a tours, 4,4% a transporte y 1,6% a otros. En esa temporada el gasto por persona en el puerto de Montevideo había sido de USD 38,9 y en el de Punta del Este de USD 29. Estos montos se pretenden hacer crecer con esta ley, agregó Presidencia en aquel entonces.