Como resultado de las presiones de los bancos estadounidenses que tienen corresponsalías en el país, el sistema financiero panameño toma distancia de las empresas de juegos de azar, que manejaron $544 millones durante el primer trimestre.
La iniciativa se dio a conocer luego de que algunas empresas hayan sido señaladas como "negocios de alto riesgo".
“Esto es parte de la presión que ejercen organismos internacionales sobre las actividades bancarias en Panamá”, asegura el economista Augusto García.