Para el director de BetConsult, el camino más rápido y eficiente es la sanción de una nueva ley, aunque no descartó otras posibilidades. Sus esperanzas están puestas principalmente en tres proyectos: el 186, que se encuentra en la Comisión de Constitución, Justicia y Ciudadanía (CCJ) del Senado; el 442, que ya está listo para su votación en el plenario de Diputados; y un proyecto que defenderá el diputado Paulo Azi con el objetivo de modernizar el sector turístico en Brasil y una de las medidas propuestas para lograrlo incluye la posibilidad de instalar casinos resorts.
Existe un cuarto proyecto, elaborado por el Ministerio de Hacienda, que se enfoca solamente en la la legalización de las apuestas deportivas. Pero Lenzi considera que su avance es poco probable.
“El proyecto que está más avanzado es el de Diputados. Además, el presidente de esta cámara, Rodrigo Maia, se comprometió a votarlo este mes. Aunque también es cierto que Maia se mostró más favorable a aprobar una regulación como la propuesta del diputado Paulo Azi. De las tres posibilidades más viables para permitir la apertura de la industria del juego en Brasil, la propuesta del sector turístico es la más restrictiva porque sólo habla de la posibilidad de instalar casinos resorts. De más está decir que el sector hotelero está haciendo un fuerte lobby para que esto se concrete. En cambio, los proyectos 442 y 186 proponen la legalización y regulación de todos los tipos de juego: bingo, casino, jogo do bicho, tragamonedas, video bingo, apuestas deportivas y loterías estatales, tanto land-based como online”, explicó Lenzi.
Con la intervención el gobierno federal el proceso más rápido. “Pero el gobierno está muy desgastado con las negociaciones para mantener al presidente, Michel Temer, en el poder. Por eso, no creo que intervenga activamente para impulsar la votación de algún proyecto”, opinó Lenzi, quien también se desempeña como consultor de Yogonet.Biz. Aunque señaló que es importante recordar que el mandatario había asegurado que sancionaría el proyecto sancionado, fuera el que fuera.
El abogado se mantiene positivo y cree que habrá un final feliz, pero es consciente de que la coyuntura política podría llevar a los legisladores a una instancia de negociación con los sectores que se oponen a la liberación de la industria del juego y ambos proyectos podrían quedar en standby.
Con respecto al fallo del Tribunal de Justicia de Río Grande do Sul (TJRS), que definió que la explotación de los juegos de azar no constituye un delito penal, aclaró que no es un permiso legal para operar, aunque algunas empresas se basen en él para hacerlo. “Esta situación ratifica la necesidad de la legalización de la actividad”, opinó.
Lenzi clarificó el escenario: “La Suprema Corte debe pronunciarse sobre el tema. Si el recurso resulta favorable para el sector del juego y se considera inconstitucional la prohibición que rige actualmente, el Gobierno deberá regular la actividad. De lo contrario, se generará un vacío legal: la actividad no será ilegal, pero no podrá ejercerse. Esta situación podría resolverse con una medida jurídica, conocida en Brasil como mandato de injunção. Es decir, el Gobierno se verá obligado a regular el juego o a permitirlo aunque se carezca de una regulación. Todo este proceso podría demorar un año o dos. El camino más corto para regular la industria del juego en Brasil está en tres proyectos:186 del Senado, 442 de Diputados y el que defenderá Paulo Azi”.