La Confederación Española de Organizaciones de Empresarios del Juego del Bingo (CEJ) no augura un buen futuro para el juego del bingo en España. Su pesimismo se fundamenta en la caída del 0,6 % que está experimentando el sector este año, consecuencia del decrecimiento en diez comunidades autónomas, en relación al primer semestre del pasado año. En 2018, ya se habían encendido las alarmas cuando se cerró el ejercicio con un crecimiento del 1,9%, gracias al empuje de Andalucía y Madrid.
Los datos presentados por el presidente de la CEJ, Fernando Henar, en la reunión del comité directivo de la patronal, son incontestables: Aragón (-15,3 %), Comunidad Valenciana (-6,4 %) y Castilla-La Mancha (-5 %) lideran las pérdidas en ventas, mientras resisten Extremadura (12,65 %), Murcia (10 %) y Andalucía (5,7 %). Madrid, que encabezó los incrementos de ventas en 2018, presenta un moderado crecimiento del 0,8 % en el primer trimestre. País Vasco se debate en un modesto 0,4 % y Canarias en un 1,6 %. Galicia cae un 1,5 % y Cataluña un 2,6 %.
"Tenemos un panorama muy complicado, y todos los datos son una clara evidencia de que el juego del bingo necesita de apoyo urgente y necesario, empezando por una rebaja de la fiscalidad al 10%, tal y como recomiendan nuestros expertos para superar la actual crisis”, señaló Henar.
Para la CEJ, una posible salida es el bingo electrónico de sala (BeS), que tan buenos resultados ha proporcionado en Madrid, Asturias, Canarias y Cantabria. Andalucía se sumará al BeS en los próximos meses. La Comunidad Valenciana, Castilla La Mancha, Galicia y Cataluña están estudiando su implementación.
En cuanto al bingo electrónico de red, que se ofrece en 239 establecimientos de una decena de autonomías, continua con un moderado ascenso de ventas: 125,6 millones de euros en el primer semestre y una proyección de 251,2 millones en 2019, frente a los 232,9 millones de 2018.