La Asociación Internacional de Integridad en las Apuestas (IBIA) cree que el 2019, en el que cambiaron su sigla ESSA, fue un año transformador. Khalid Ali, director general del organismo explica que la decisión se tomó por tres razones: "El nombre refleja mejor quiénes somos, qué hacemos y dónde queremos estar. Desde el cambio de marca, se nos ha invitado a representar a la industria de las apuestas autorizadas en algunos eventos significativos, incluyendo la reunión de las Naciones Unidas sobre la protección del deporte contra la corrupción, así como el grupo de trabajo de Interpol para la fijación de partidos, que reunió a agentes del orden de todo el mundo. Nuestro número de miembros también ha aumentado como resultado del cambio de marca, con la incorporación de cinco nuevos miembros y tenemos una reserva de nuevos miembros en 2020".
Ali ha sintetizado en el siguiente artículo los próximos desafíos en cuanto a la integridad de las apuestas deportivas en 2020.
Parece que el 2020 será otro año de interesantes oportunidades y crecimiento para la industria de las apuestas, con la apertura de mercados interesantes como los de Estados Unidos y Sudamérica. Estos mercados se encuentran dentro de una industria global con un valor de alrededor de 70 mil millones de dólares americanos a nivel mundial, y donde se prevé que el floreciente segmento de apuestas deportivas interactivas casi se duplique en los próximos cinco años. En Sudamérica, por ejemplo, se estima que el mercado de las apuestas se situará en torno a los 1.530 millones de dólares estadounidenses en ingresos brutos por apuestas y se prevé un aumento hasta los 2.330 millones de dólares estadounidenses en 2024. Pero con esta promesa económica también surgen preguntas sobre la vulnerabilidad de los deportes y las apuestas a la corrupción. A través de la Asociación Internacional de Integridad en las Apuestas, muchos de los operadores más grandes y de mayor reputación han unido sus fuerzas, formando un frente unido para proteger la integridad del deporte y las apuestas. Con una creciente base de miembros internacionales, el enfoque de la IBIA se ha centrado, comprensiblemente, en cómo puede intensificar sus esfuerzos y utilizar su experiencia como líder en su campo para abordar los desafíos de integridad que presentará la nueva década.
La digitalización está cambiando fundamentalmente todos los aspectos de nuestras vidas y la industria de las apuestas no es diferente. Internet de alta velocidad, los pagos seguros en línea y la proliferación de aplicaciones hacen posible apostar en cualquier momento y en cualquier lugar. La transmisión en directo de los deportes y la amplia gama de datos disponibles en la actualidad han impulsado el aumento de las apuestas dentro del juego, con clientes que cobran y extraen su dinero antes de que el juego termine. El apetito de los clientes ha crecido hasta incluir todo tipo de apuestas, y los operadores han intentado satisfacer esa demanda ofreciendo un número de posibilidades sin precedentes: desde Donald triunfando sobre los Demócratas en 2020, o El Irlandés ganando el Oscar a la mejor película, hasta los Ninjas in Pyjamas caminando sonámbulos para ganar la liga eSports. Mientras tanto, las apuestas deportivas tradicionales también han ampliado su alcance, con operadores que responden a la demanda de los clientes de apostar por eventos deportivos locales de menor nivel. Esta diversificación de productos ha ayudado a los operadores a promocionar su marca y a captar nuevas audiencias.
Desafortunadamente, se siguen llevando a cabo un gran número de apuestas en el mercado ilegal, sin el control y la supervisión que conlleva la regulación. Estos mercados no regulados, junto con la corrupción de los jugadores y la infiltración de grupos criminales organizados, han sido las principales razones detrás de muchas preocupaciones sobre la integridad. Esto se ha extendido al entorno regulado y también ha exigido que los deportes dediquen más recursos para abordar las cuestiones de integridad, especialmente en los niveles inferiores, donde los jugadores son más vulnerables financieramente.
Entonces, ¿cuál es la solución? Empecemos con lo que creemos que no es la solución: prohibir indiscriminadamente las apuestas con empresas bien reguladas. La lucha contra la corrupción en las apuestas debe basarse, en primer lugar, en la creación y aplicación de normas basadas en pruebas. Los clientes prefieren firmemente un producto bien regulado: prefieren saber con quién están apostando, así como protegerse del riesgo y tener recursos legales. Para los operadores de apuestas autorizados, la confianza y la reputación son lo más importante. Tienen un interés personal en asegurarse de que las actividades a las que la gente apuesta están libres de corrupción. También tienen los datos concretos sobre las amenazas a la integridad que pueden ser utilizados para formular una política eficaz para combatirla.
El intercambio de información es de vital importancia para combatir la corrupción en las apuestas y la IBIA ha estado a la vanguardia de la promoción de este enfoque durante la última década. A medida que nos adentramos en una nueva era de las apuestas, este enfoque adquiere aún más importancia. Por su parte, la IBIA seguirá utilizando su exclusiva plataforma de monitoreo global basada en los datos de los clientes para proteger de la corrupción a las empresas y los deportes de sus miembros. Hemos trabajado duro para establecer nuestras credenciales con los deportes y los reguladores de todo el mundo. Ellos saben lo valiosos que son los datos de los clientes de nuestros miembros para avanzar en las investigaciones y saben también que estamos comprometidos a trabajar en colaboración y a explorar todas las posibilidades prácticas de una investigación. La tecnología está cambiando nuestras vidas, y la transformación que trae consigo está trascendiendo en toda la sociedad. La industria de las apuestas reguladas promete un enorme potencial económico que puede beneficiar el crecimiento y los medios de vida. El reto es trabajar juntos para proteger la integridad. Es la forma en que lo adoptamos colectivamente lo que marcará la diferencia y definirá el éxito y la integridad de cualquier mercado. Nuestro propósito es enfrentar ese desafío y proteger los deportes y los productos de apuestas reguladas de nuestros miembros.