En Castilla-La Mancha se ha pasado de 221 en 2018 a 210 al cierre del año pasado, distribuidos en 178 de juego, 22 de apuestas y 10 casinos. Los dos primeros son los que muestran descensos en el plano regional, hay tres y ocho menos respectivamente, destacando el caso de la provincia de Albacete que ha pasado de contar con siete salones específicos de apuestas a solo uno. Además en Albacete se ha cerrado un salón de juego.
Del mimso modo, la provincia de Ciudad Real cerró 2019 con un total de 57 locales de juego, dos menos de los que había en el año 2018. La diferencia se encuentra en el cierre de dos salones exclusivos de apuestas, que pasan de ocho a seis, mientras que se mantienen los de juego de carácter general (49) y los que dedican su actividad a los juegos de casino, con dos en la provincia.
En el resto de provincias se mantienen los datos correspondientes al año 2018. Hay que tener en cuenta que en 2013 había 51 locales de juego en la región y que los 221 de ese 2018 son el máximo registrado. En el caso de las máquinas recreativas autorizadas en Castilla-La Mancha, la cifra se situó en 8.309 unidades, tras reducirse en 260 máquinas las que se encontraban autorizadas a finales del año anterior.
El mayor descenso se ha producido en la provincia de Ciudad Real con 2.040 máquinas, 102 menos que en 2018, una caída del 4,76%. La distribución es de 1.772 distribuidas en la hostelería, 43 destinadas a establecimientos de juego y 207 de las llamadas especiales, las que pueden otorgar mayores premios y que se ubican en locales de juego también. La caída en el plano regional se da en cuatro de las cinco provincias, ya que en Cuenca sube ligeramente la cifra de recreativas, de 680 a 683. Albacete cierra el año con 1.714, 59 menos; Guadalajara, con 819, 32 menos; y Toledo, 3.053, 70 menos.