El grupo multinacional español Codere llegó a un acuerdo con sus acreedores para evitar el concurso.
Esto se produce luego de que en octubre del año pasado, el ex CEO del grupo en Uruguay, Gabriel Gurméndez, confirmara que la compañía analizaba “posibles” cambios en la estructura de sus negocios en el país.
En Uruguay, el grupo tiene operaciones a través de 2.252 terminales de juego, seis salas, 26 locales de apuestas, el Hipódromo Nacional de Maroñas, el Hipódromo Las Piedras, así como también el Sofitel Montevideo Casino Carrasco & Spa.
La empresa se vio impactada por la pandemia del coronavirus y con el objetivo de garantizar su solvencia a corto y medio plazo, y evitar así el concurso de acreedores, ayer convocó a su consejo de administración para analizar el acuerdo al que llegó con los tenedores de su deuda.
El pacto incluye la inyección de más de 135 millones de dólares y más de 168 millones aportados por un fondo de crédito y Codere “ya ha alcanzado lo que se conoce como ‘term sheet’ o acuerdo de intenciones por el que un ‘hedge fund’ (fondo de cobertura) va a dar una línea de crédito a 12 meses para que la compañía pueda afrontar sus pagos operativos, así como el próximo cupón de sus dos emisiones de bonos”.
Las calificadoras de riesgo habían rebajado de forma abrupta el grado de solvencia, de Grupo Codere, hasta el nivel más bajo de bono basura, al descontar que la compañía podría quebrar.
“Tras un periodo de gracia de un mes, la empresa pudo hacer frente a sus obligaciones al tiempo que aseguró que trabajaba en encontrar una solución para sus apuros económicos a largo plazo”, señaló El Confidencial y explicó que el acuerdo de intenciones “consiste en la extensión, a cambio de un tipo de interés más alto (el actual es de 6,75 y 7,25 por ciento, respectivamente), en más de tres años del vencimiento de sus dos emisiones de bonos de 500 millones de euros y US$ 300 millones, las cuales expiran en noviembre de 2021. A la vez, los bonistas la eximen del cumplimiento del ‘covenant’ o cláusula por la que Codere no podía superar un determinado nivel de endeudamiento, que estaba fijado en 4,1 veces el beneficio operativo o Ebitda”.