El sorteo fue realizado en forma manual por los llamados "niños gritones"; los mensajeros de la suerte desde la fundación de la Lotería Nacional en México en 1770. Vestían ropas típicas mexicanas y estaban equipados con un protector facial por la pandemia por COVID-19.
"¡Número 5.349,161!", gritó una niña al salir el primero de los 100 números ganadores del premio de 20 millones de pesos (950.000 dólares) para una bolsa total equivalente a 95 millones de dólares.
Este sorteo especial fue impulsado por López Obrador, cuya intención inicial era rifar el avión presidencial, un lujoso Boeing Dreamliner 787, adquirido en 280 millones de dólares y ahora valuado en 130 millones. Pero una ley prohíbe rifar o donar los bienes de la Nación.
Un avión como sómbolo
La nave fue adquirida por anteriores gobiernos, pero López Obrador desde su campaña advirtió que no viajaría en la aeronave, y que la vendería por considerarla "faraónica" y un "insulto" ante la pobreza que en México.
El avión terminó como un símbolo y adornó los seis millones de billetes de lotería, junto con la leyenda de que los recursos del sorteo serán para equipar a hospitales que atienden a "gente pobre".
En México, los ganadores de la lotería permanecen anónimos, pero tras el sorteo se informó oficialmente que tres hospitales, en los estados de Michoacán, Zacatecas y Nayarit, resultaron ganadores con billetes que les fueron otorgados por el Gobierno Federal.
Cada billete tuvo un costo de 500 pesos (23 dólares), y su venta total sumó 3.000 millones de pesos (unos 142 millones de dólares). Dos tercios de lo recaudado será para los premios, y el resto para los hospitales públicos en plena pandemia por COVID-19.
Cabe señalar que en la mañana del lunes, la Lotería Nacional informó que se habían vendido 70% de los billetes. La venta se suspendió dos horas antes del sorteo, y los medios locales mostraron a personas haciendo fila en sitios donde se vendían los billetes.
Los premios que recaigan en billetes no vendidos serán entregados a hospitales públicos, y los ganadores de Lotería en México permanecen anónimos.
Discurso emotivo
El director de la Lotería Nacional, Ernesto Prieto Ortega, estuvo a punto de romper en llanto durante el discurso de la lotería del avión presidencial. Y es que, de acuerdo a Prieto, se sintió conmovido por la respuesta de la gente ante el llamado del presidente López Obrador, para poder llevar a cabo la rifa.
“Tenía un documento y después de que bajé a a ver como está la gente respondiendo, pues dije ‘Esto no lo voy a decir, voy a decir lo que siento’, y estoy emocionado, estoy convencido de que el día de hoy vamos a cambiar la Lotería Nacional”, señaló.
Así mismo, Prieto destacó que siempre ha estado cerca de la gente que menos tiene, pero indicó que en esta ocasión “la gente que menos tiene está ahora con nosotros, esta apoyando este gran proyecto del licenciado Andrés Manuel López Obrador”. Y es que, para el director de la Lotería Nacional, el llamado del presidente para que las personas compraran su “cachito” con el fin de equipar los hospitales, demuestra su visión. El mandatario pidió a los mexicanos participar en la rifa antes de que comenzara la pandemia de la COVID-19.
“Antes de la pandemia, él tuvo la visión de que todo esto tenía que ser a beneficio del sector salud. Hace unos minutos nos dijo el director general del Insabi que tenían 3,500 camas cuando inició la pandemia, ahora con este gobierno justo y honesto tenemos 15 mil”, señaló Prieto.
La lotería como herramienta
El gobierno emitió seis millones de boletos, conocidos entre los mexicanos como “cachitos”, a 500 pesos cada uno (unos 25 dólares), e hizo de la rifa todo un acto de respaldo a la gestión del presidente Andrés Manuel López Obrador, que se comprometió a destinar los ingresos del sorteo a la compra de equipo médico.
Anunció, además, que los boletos que no se vendieron serían donados a la agencia gubernamental que administra los hospitales públicos del país, la cual conservaría el premio si alguno de ellos resultaba ganador.
Cuadro días antes de que se celebrara el sorteo, se habían vendido más de cuatro millones de boletos, casi el 70%, con lo que se había recaudado más de 2.000 millones de pesos (unos 100 millones de dólares). En el sorteo se rifaban 100 premios de 20 millones de pesos, lo que implica que si todos los boletos premiados fueron vendidos no habría muchas ganancias.
Sin embargo, las cifras definitivas serán previsiblemente mayores porque el mismo martes, horas antes de la rifa, podían verse en algunos lugares colas de personas que apuraban los últimos minutos para participar en una lotería que para unos suponía una burla y para otros una muestra de apoyo a la “cuarta transformación”, nombre con el que López Obrador ha designado los cambios que pretende hacer durante su administración.