El ministro Martín Guzmán incorporó así al proyecto de presupuesto 2021 un aumento del impuesto a las apuestas online, y detalló su alcance a las aplicaciones telefónicas, con un registro de los dominios a cargo del Ente Nacional de Comunicaciones (Enacom).
Se estima que el volumen de apuestas es de 2.400 millones de dólares, pero como gran parte de las empresas aún funcionan de forma clandestina, por falta de regulación, es poco y nada lo que percibe el Estado.
De acuerdo a lo estipulado por el Ministro, el 95% de lo recaudado por el Gobierno a través de este impuesto se coparticipará con las provincias, y un 5% financiará los planes de Arsat.
Esta fue una de las 40 modificaciones implementadas en la Comisión de Presupuesto de la Cámara de Diputados, que este viernes firmará dictamen de la ley para llevarla al recinto el próximo miércoles.
Si bien Guzmán prometió que pronto enviaría una reforma tributaria, en el presupuesto se anticipó con una modificación al impuesto al juego, que rige por una ley sancionada en 2016 y según el proyecto pagará más y se gravará, además, cuando se lleve a cabo mediante aplicaciones telefónicas.
La alícuota sube del 2% al 5% “sobre el valor bruto de cada apuesta y/o juego de azar”, y se incrementará un 10% para las apuestas en que intervenga un sujeto o empresa con sede en un paraíso fiscal, denominado país "no cooperante o de baja o nula tributación" en la jerga tributaria.
El 5% a la recaudación será destinado a la Empresa Argentina de Soluciones Satelitales Sociedad Anónima (ARSAT) y el 95% según los parámetros de la coparticipación, que reparte su mayoría entre las provincias según índices establecidos en 1988.
El volumen de apuestas online estimado es de US$ 2.400 millones anuales, pero la mayoría no los paga porque se camuflan con agentes locales o “levantadores de juego” que cobran y pagan en su nombre o a través de tarjetas prepagas, billeteras virtuales, transferencias digitales o tarjetas de crédito con otros consumos o páginas oficiales.
La redacción de la norma buscó ampliar el impuesto a cualquier tipo de plataforma digital, sin importar su dispositivo de “descarga, visualización o utilización, incluso aquellos llevados a cabo a través de la red de Internet o de cualquier adaptación o aplicación de los protocolos, plataformas o de la tecnología utilizada por Internet u otra red a través de la que se presten servicios equivalentes que, por su naturaleza, estén básicamente automatizados”.
Y habrá un fuerte contralor a las telefónicas y proveedoras de internet, no sólo de la AFIP sino también de la Enacom, que tiene a su cargo la regulación del servicio de telecomunicaciones. Además, la normativa crea un Registro de Control Online del Sistema de Apuestas para fiscalizar, con la colaboración de la Dirección Nacional del Registro de Dominios de Internet.
Eludir el impuesto no sería tarea sencilla, porque según el texto, además de cotejar datos bancarios y de facturación, se presumirá que hay apuesta online cuando se la detecte en el código del teléfono móvil de la tarjeta SIM o en la dirección IP del dispositivo electrónico del receptor del servicio. Arsat deberá ayudar con el monitoreo. Con esta información, además, las provincias podrán gravar ingresos brutos con mayor precisión, y sumar aún más a sus alicaídas arcas.