En conversación con una emisora de radio chilena, y en el contexto de incertidumbre que genera la determinación de la compañía, destacaron que se trata de un sector que ha luchado desde hace más de una década por mejorar la situación previsional y de estabilidad laboral, algo que cimentó ciertas garantías en este escenario poco claro.
Carlos Gómez, del sindicato de trabajadores del casino, comentó que al término de la administración, deben recibir finiquitos o indemnizaciones. Además, agregó que un porcentaje de ellos debería ser recontratado por la nueva empresa que se haga con esta licencia.
El gremialista añadió que acumularán años con la actual compañía, “los que no serán cancelados cuando se termine la concesión”. De acuerdo a la ley, el actual casino debe funcionar hasta un día antes en que entre en operación la nueva administración. A la fecha, no se sabe cuándo esto ocurriría, pues probablemente haya que realizar nuevamente todo el proceso licitatorio.