La concejala de Prevención de Drogodependencias del municipio vasco de Portugalete, Saray Muñoz, presentó un balance de la campaña originada en 2019 que busca desalentar los juegos online y las apuestas deportivas en jóvenes de entre 14 y 30 años. "Queremos llegar a la ciudadanía con estas pequeñas herramientas para que vean el peligro de esta nueva adicción, sobre todo porque los más jóvenes no se dan cuenta del problema que puede conllevar", reconoció.
La funcionaria relató que unas 140 mil personas sólo de la localidad de La Margen Izquierda vieron los videos en Facebook e Instagram entre el 9 de marzo y el 9 de abril, y destacó que si les apareció el anuncio es porque mostraron interés en apostar o en juegos de azar en línea.
La campaña tiene las mismas intenciones que muchas otras iniciativas gubernamentales de España: estigmatizar y perjudicar a un mercado regulado y una industria que activamente pelea contra el juego problemático en el país y en el resto del mundo. Si bien distintas estadísticas hablan de los juegos de azar como la adicción que más creció en menores de 30, al ser un rubro completamente legal, es más fácil registrar sus movimientos a diferencia de drogas ilegales y hasta el alcohol, que se vende más todos los años, pero que no se sabe a quiénes.
"Está visto que es como la nueva droga del siglo XXI", aseguró Muñoz, quien evidentemente calcula que la prohibición de estas actividades terminaría con los males del juego compulsivo, desconociendo que en aquellos países donde estas actividades son ilegales, el nivel de violencia y mafias organizadas alrededor se incrementa notablemente.
"A través de algo tan bonito como el deporte, que hay que disfrutarlo, que es salud, que te ayuda a hacer nuevas amistades, se está transformando en una herramienta tan oscura, que se está utilizando para hacer este tipo de juegos, con las apuestas online", continuó Muñoz. Llamar 'actividad oscura' a las apuestas deportivas es desconocer por completo el nivel de responsabilidad social y compromiso con la salud mental del sector del juego.
El mes pasado, el presidente de la Asociación Española de Juego Digital (Jdigital), Andrea Vota, confirmó que los intereses que tienen desde la industra es que haya ludopatía cero en España. También declaró que la incidencia de este mal es muy baja, ya que va de entre un 0,3% a un 0,5%, y acusó a otros males como el alcoholismo, que tiene una incidencia del 7%, de contar con legislaciones que no los obligan a limitar al consumidor.
En febrero, el director general de la Ordenación del Juego, Mikel Arana, aseguró que "a las empresas no les interesa tener a un ludópata como cliente" y que "la mayoría de gente que juega lo hace como una actividad de ocio y no le supone un problema de salud". Sus declaraciones generaron mucho revuelo en una España que, en muchos casos, muestra más compromiso con actitudes demagógicas que con la búsqueda de minimizar los potenciales riesgos de una industria que emplea a más de 185 mil personas de forma directa e indirecta, y se refleja en un 0,8% del PIB nacional.