La Policía de Atlántico se pronunció por la polémica desatada cuando un funcionario de Coljuegos llegó a un establecimiento de máquinas tragamonedas, en el municipio de Baranoa, y denunció haber sido retenido por el administrador del lugar.
"Unidades del Modelo de Vigilancia Comunitaria por Cuadrante y del grupo Acción Unificada por la Libertad Personal (GAULA), en compañía con el Ministerio Público (Personaría), asisten a requerimiento ciudadano de un funcionario de Coljuegos y un propietario de establecimiento abierto al público de razón social El Caney. En dicho procedimiento, se estableció que no se materializó el delito de secuestro en ninguna de sus modalidades", dijo el coronel Carlos Currea Barrera, comandante de la Policía de Atlántico.
El oficial precisó que se garantizaron los derechos de las partes implicadas: "El Departamento de Policía Atlántico ha puesto a disposición de los implicados la Oficina de Atención al Ciudadano para que interpongan la respectiva queja en caso de considerar alguna anomalía en el procedimiento".
El funcionario de Coljuegos, Eduardo Casallas; y su coordinador, Mario Escalante; habían señalado irregularidades. "Solicitamos el apoyo de la Policía, pero los policías de la estación de Baranoa estaban apoyando al dueño del establecimiento", dijo Escalante. Aseguró que radicará una denuncia formal por secuestro simple contra el administrador del local y colocará una queda en la Procuraduría por el supuesto actuar de los policías que llegaron a atender el caso.