Los reclamantes buscan alguna manera provisoria de solucionar el conflicto y regularizar su actividad para poder funcionar en regla, con la amenaza de que el próximo sábado continuarán los operativos.
Según registró La Discusión, el dueño de una de las salas en conflicto Training Game, aseguró: "Sabemos que aquí en Chillán no hay patente, estuvimos tramitando y viendo la posibilidad de hablar con alcalde para conseguirnos un permiso semestral, trimestral, como se estime, o algo donde nos pueda garantizar que podemos trabajar".
"Hace dos semanas atrás a mí me pasaron tres partes seguidos, un lunes, un martes y un miércoles, uno de la municipalidad y dos de Carabineros. Los locales populares son todos chicos excepto algunos, pero creo que las medidas son excesivas. Está bien que ellos deben llevar un control en cuanto a todo lo que es los casinos aquí en Chillán, pero también podrían darse el tiempo necesario que nos regulen y nos registre", destacó el dueño.
Por su parte, Benavente fue tajante y claro ante una posible mediación: "Ellos no tienen patente, por lo tanto están funcionando de manera ilegal y en esas condiciones no pueden trabajar". Además, aclaró que la decisión no sólo tiene un origen municipal, sino que obedece a una diposición de la Superintendencia de Casinos de Juego de Chile.
"Todos estos casinos utilizan máquinas de azar, lo que está prohibido por ley y es inclaudicable, porque esto no es una orden de un ministerio, ni de la Municipalidad, ni de alguna autoridad política, lo dice la Contraloría General de la República", argumentó el alcalde. "Nuestra intención es cerrarlas todas", agregó sobre las salas.
El conflicto con los propietarios de estas salas tiene su origen en 2015 y su desenlace, con un fallo favorable a las autoridades que sentó precedente, en 2017. Todo indica que el tiempo se está agotando y estos espacios de juego no regulados viven sus últimos días en la ciudad de Chillán.