Codere dirá adiós hoy a la Bolsa española. Las acciones de la operadora de azar siguieron el jueves con la tónica dominante durante los últimos días, y cotizaban con una fuerte volatilidad en su despedida, hasta su exclusión definitiva del mercado.
En la semana que hoy finaliza, los títulos de la compañía perdieron cerca del 60% de su valor, justo desde que el pasado viernes 10 de diciembre, los accionistas aprobasen la propuesta de un acuerdo para su disolución, y la apertura de su proceso de liquidación.
Tras la decisión, Codere bajó el lunes un 8% y se situó por debajo de los 0,3 euros por acción. El martes se desplomó un 43,7% después de que la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) anunciara que, al cierre del mercado de hoy, viernes, quedaría suspendida hasta su exclusión definitiva.
Un día más tarde, el miércoles, volvió a baja con fuerza en bolsa, ya que dejó el 25% y, con todas estas caídas acumuladas, el operador se despedirá del mercado nacional como el valor que más baja en el año, con un desplome cercano al 90%.
Codere cierra así una etapa, tras finalizar el proceso de reestructuración financiera anunciado en abril, que incluía la inyección de hasta 225 millones de euros y la capitalización de más de 350 millones de deuda por parte de sus acreedores, además de extender los vencimientos de esta a septiembre de 2026 y noviembre de 2027.
La compañía, que durante la pandemia se vio fuertemente afectada por los cierres de sus locales y aún no ha conseguido recuperar los niveles previos de afluencia, ha apostado por impulsar su filial de apuestas online, Codere Online, que debutó el 1 de diciembre en Wall Street, y ampliar sus operaciones en América Latina, concretamente en la ciudad de Buenos Aires.
El proceso de reestructuración de la compañía, apoyado por la gran mayoría de los acreedores, pero rechazada de pleno por la familia fundadora Martínez Sampedro a través de su sociedad Masampe, tuvo como resultado la creación de un nuevo “holding” empresarial con sede en Luxemburgo, Codere New Topco. El 95% de la nueva sociedad, que opera con total normalidad, pertenece a los bonistas de Codere, mientras que el 5% restante es propiedad de la antigua matriz, Codere S.A., que recibirá 'warrants' emitidos por Codere New Topco, y cuya disolución y posterior liquidación fue aprobada por la última junta de accionistas.