En el marco de la segunda jornada del Brazilian iGaming Summit, importantes actores políticos del Brasil coincidieron en que el clima preelectoral impone un compás de espera en el avance de la reglamentación de las apuestas de cuota fija, o apuestas deportivas, a la espera del decreto presidencial, como así también el análisis en el Senado de la iniciativa que permitiría la regulación de los casinos, bingos, el juego online y el jogo do bicho, entre otras modalidades.En primer término, la participación de Iuri Ribeiro da Silva e Castro, subsecretario de Defensa de la Competencia y la Competitividad del Ministerio de Economía del Brasil, dejó algunas definiciones al respecto.
El plazo para la regulación de las apuestas deportivas se colocó en el centro de atención, cuando el funcionario hizo mención a la dedicación otorgada por el organismo, a la definición de los parámetros del decreto presidencial pendiente. "Como hay una dimensión política, no podemos dar un plazo para que salga el reglamento", explicó el funcionario."Hemos estudiado la normativa de varios mercados internacionales, como Inglaterra, Malta, Colombia, los Estados Unidos, Portugal y Argentina (Buenos Aires en particular), para conocer casos de éxito. Queremos repetir las mejores prácticas internacionales, y aún tenemos que consultar las leyes brasileñas, para que la regulación de las apuestas esté en consonancia con ellas", destacó.
"El grupo que realizó los estudios, escuchó a muchos actores del sector, para entender las necesidades del mercado. Reconocemos la importancia de este espacio (por BiS), para darnos aún más elementos que nos permitan alcanzar una regulación que satisfaga efectivamente las necesidades del mercado y del país. Por ello, espero que a corto plazo tengamos un nuevo evento como éste, para debatir la regulación del sector", añadió el funcionario. "La ley ya existe y esto es una realidad, pero nos queda trabajar en el reglamento", definió.Más tarde, en lo que representó el espacio más destacado de la jornada, importantes figuras de la política nacional coincidieron en que es necesario esperar a las elecciones presidenciales, para poder votar en el Senado la Ley de Juego con un mayor margen de posibilidades de aprobación.
El panel “Reglamentación y los impactos positivos para el Brasil” reunió a los diputados Bacelar y Herculano Passos, al especialista Daniel Homem de Carvalho (de OAB) y a Karen Sierra-Hughes, en nombre de GLI, quienes fueron guiados por Magnho José, presidente del Instituto de Juego Legal y editor de BNL Data.El primero en hacer uso de la palabra fue el diputado Bacelar, quien apoyó la visión del moderador al señalar que hoy es necesario esperar para la votación del PL 442/91, ya que dicho proyecto tendrá muchas más chances de llegar a buen puerto tras las elecciones presidenciales, ya que aunque el propio presidente Bolsonaro impulse un veto a la Ley (en caso de aprobarse), ya no tendrá el apoyo político del Congreso para sostener dicho veto.
Para Bacelar, sería mucho más inteligente avanzar en el Senado tras las elecciones, "ya que el presidente Bolsonaro no cuenta con el apoyo suficiente en el Congreso si veta el proyecto. Si lo veta, estoy seguro de que en el Congreso anularemos el veto", aseguró.Posteriormente, Herculano Passos volvió a defender la aprobación del proyecto para la economía nacional: "Brasil necesita recursos y no podemos perder más tiempo para aprobar el juego en el país, que representará miles de millones de reales en impuestos, y ofrece cientos de miles de puestos de trabajo", dijo. Según Passos, "la aprobación del PL 442/91 nos da ánimos para que el proyecto avance también en el Senado y espero que siga de la misma manera a la Presidencia de la República para su sanción".
"El presidente Bolsonaro dijo que vetaría el proyecto, pero estoy seguro de que el Congreso anulará ese veto", aseguró el legislador, recordando además que el turismo se verá muy beneficiado con la aprobación del marco legal de los juegos en Brasil.Daniel Homem de Carvalho, de la Comisión Nacional del Juego de la OAB, agregó que "el juego no está prohibido en Brasil. Lo que se prohíbe es el juego privado, y por eso el Gobierno siempre es muy reticente a aprobar una ley para esta actividad".Finalmente, Karen Sierra-Hughes, vicepresidenta de GLI para América Latina y el Caribe, consideró que Brasil no puede permitirse perder la chance de regular el sector del juego. Para la ejecutiva, la regulación debe ser discutida por el Gobierno, los reguladores y todos los actores del mercado, para que el país expanda una actividad realmente importante para impulsar su economía."El mercado mundial ve a Brasil como uno de los principales mercados del mundo y, de hecho, el país necesita aprovechar este momento, para ofrecer a la sociedad una actividad extremadamente rica, por los impuestos y los puestos de trabajo que puede generar", finalizó la ejecutiva.
La jornada de clausura del evento mantuvo en paralelo otras importantes conferencias, pero sin duda la visión política que se desprende de la situación del juego en el país mantuvo la atención de los visitantes, que nuevamente colmaron las instalaciones del Brazilian iGaming Summit durante buena parte del día, reafirmando la importancia que el evento mantiene hoy en el mercado nacional y regional