Las autoridades del Consejo Empresarial del Sector del Juego Privado en España (CeJuego) destacaron en una entrevista publicada por el portal Consumidor Global, que los “ingresos de las máquinas de hostelería, al igual que los ingresos de otras modalidades de juego, guardan una relación directa con la situación económica que atraviesa España, por lo que son gastos a los que los consumidores renuncian, total o parcialmente, en tiempos de dificultad económica, porque son considerados accesorios”.
La recaudación de las máquinas tipo B se ha desplomado en España prácticamente hasta niveles de 2014, según la asociación. Para CeJuego, el efecto de la pandemia y el cierre de los establecimientos de hostelería fueron un duro golpe para la recaudación, “que unido a la crisis por la que atraviesa el país, y la campaña de desprestigio contra nuestro sector, va a poner en riesgo la supervivencia de este tipo de modalidad de juego, con el descenso en la recaudación y la gran pérdida de puestos de trabajo que va a conllevar”, explicaron.
El descenso del gasto en máquinas de juego coincide con una reducción del número de éstas en los bares. Desde 2013, la cantidad de máquinas se sitúa por debajo de las 200.000, aunque ha habido una leve recuperación desde 2015 en los salones de juego. En 1985, las tragamonedas sumaban 323.000 máquinas, tal y como recoge la Federación Nacional de Operadores de Máquinas Recreativas (Femara).
Pero en 2020, el impacto del COVID-19 redujo el juego en un 50% en comparación con el año anterior. En ese ejercicio se contabilizaron 196.696 máquinas, y en 2021 volvió a descender la cifra hasta las 179.975. Por último, en 2022 el total aproximado es de tan sólo unas 130.000. ¿Tienen los días contados las máquinas de apuestas en los bares? La tendencia descendente y los cambios de consumo indicarían que sí.
“Los hábitos de consumo han cambiado, y uno de los ejemplos en el caso de la actividad ha sido el desplazamiento de la demanda a otro tipo de juegos, tanto de modalidad pública como privada, como puede ser el juego online o las apuestas deportivas, que ha supuesto un descenso de la actividad en las máquinas en la hostelería, al igual que en otros tipos de juegos más tradicionales, existentes desde hace años en nuestro país”, confirman desde CeJuego.
La misma fuente resalta que en los bares se suele jugar con el dinero sobrante de una consumición, por lo que suelen ser pequeñas cantidades. “Se debe tener en consideración que tras dos años de pandemia, y la crisis inflacionaria que se vive en la actualidad, no podemos perder de vista que estas máquinas son un complemento de recaudación muy significativo para muchos establecimientos de hostelería que sufren las consecuencias de los problemas actuales”, remarcaron.