El pasado domingo, las elecciones presidenciales en Brasil tenían un componente extra para el sector de juego, que espera una definición política para avanzar en el tratamiento y la reglamentación de las apuestas deportivas y los casinos a nivel nacional.
Pero la confirmación de una segunda vuelta presidencial, a disputarse entre el actual presidente Jair Bolsonaro y el ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva vuelve a comprometer el calendario de regulación de las apuestas deportivas.
De acuerdo a lo señalado por el portal BNL Data, los directivos del sector esperaban el fin de las elecciones para poder adelantar a octubre algunas medidas administrativas necesarias, principalmente sobre la regulación de las apuestas de cuota fija o apuestas deportivas.
La expectativa era que el Gobierno, sin el peso de los vínculos político-religiosos generados por las elecciones, pudiera publicar la Medida Provisional con las sanciones administrativas y el decreto que regula dichas apuestas.
Pero la segunda vuelta presidencial y lo estrecho de la diferencia entre ambos, vuelve a comprometer el calendario y todo parece indicar que la publicación de los reglamentos no se llevará a cabo antes de noviembre, a días del inicio de la Copa del Mundo, que comienza el 20 de ese mes.
Además, el sector cree en la reanudación de los trámites del PL 442/91 en el Senado este año. Todo indica que sería más apropiado votar la propuesta con esta conformación de la Cámara, pero los especialistas aseguran que no tendremos avance durante el mes de octubre, con la disputa de una segunda vuelta presidencial tan polarizada y feroz entre Lula y Bolsonaro.
En este sentido, lo que más preocupa al sector del juego es la nueva composición del Congreso Nacional, ya que el PL, partido del presidente Bolsonaro y candidato a la reelección, obtuvo 99 escaños en la Cámara de Diputados y 8 en el Senado.
El llamado Centrão, una coalición de partidos que apoya al presidente, alcanzó los 235 diputados federales. Y en el Senado, donde se discute actualmente el PL 442/91, un tercio de los escaños en disputa fueron ganados por el PL, un partido conservador que apoya a Bolsonaro.
A la bancada conservadora del Senado se suman Damares Alves, por los republicanos, Alan Rick (União Brasil) y otros, como Magno Malta, que siempre han estado en contra de la actividad de juego.
De todos los escaños en disputa en el Senado, 14 fueron para los candidatos del presidente Bolsonaro. Por su parte, Davi Alcolumbre, senador reelecto y con fuerte influencia entre sus compañeros, puede ser un estímulo para el sector al apoyar la actividad.
Lo que se espera es que la Cámara Alta adopte una postura de discusión propositiva para el proyecto que legaliza los juegos en Brasil. Ciertamente, algunos de los diputados federales reelegidos que integraron el Grupo de Trabajo del Marco Regulatorio del Juego tendrán un arduo trabajo por delante para convencer a la nueva bancada en el Senado de votar a favor del sector.
Cabe recordar que Bolsonaro declaró en innumerables ocasiones que vetaría el PL 442/91 en caso de ser aprobado en el Senado y, con la composición actual del Congreso, sería más fácil anular el veto.
Para ello, el Senado tendría que votar el tema antes de que termine el año. Si se deja para la próxima Legislatura, la nueva composición del Senado puede dificultar la aprobación del proyecto, con o sin Bolsonaro en el poder. Y derribar el veto presidencial será, en caso de victoria del actual presidente en la segunda vuelta, aún más difícil.