Evert Montero Cárdenas, presidente de Fecoljuegos, habló con la prensa colombiana sobre las expectativas del sector para este año que comienza, de cara a la posible baja de la economía y a reformas impulsadas por el Gobierno.
“Superamos las cifras que registrábamos antes de la pandemia, que fue especialmente dura con los casinos. En el tercer trimestre de 2022 llegamos a tener casi 97.000 máquinas, un incremento de 16% respecto al primer trimestre de 2021. El número de establecimientos también ha venido creciendo, hasta llegar a los 3.200, gracias a modificaciones tributarias que hizo el Gobierno de Iván Duque justo antes de la pandemia”, explicó Montero Cárdenas al diario La República, de Colombia.
“Finalmente, en el tercer trimestre de 2022, las últimas cifras disponibles, los aportes de los casinos al sector salud fueron de más de $ 186 mil millones (USD 39,6 millones). Es decir, un aumento de 8% frente al mismo mes de 2021. Con todo, los ingresos reales para los empresarios del sector aumentaron 17%”, agregó.
¿Cómo les ha afectado variables como la devaluación del peso frente al dólar y la inflación?
Uno de los problemas más grandes de la industria es el precio del dólar, porque las máquinas se compran y se financian con esta moneda.
La más barata cuesta alrededor de USD 15.000; la más cara puede llegar a USD 30.000. Para que retorne la inversión de una de ellas, se necesitan tres años, si funciona bien. Para entonces ya están desactualizadas. Entonces hay empresarios que están endeudados con esos pagos.
Por otra parte, la inflación nos afecta porque cuando se resiente el poder adquisitivo, lo primero que se recorta son los temas de entretenimiento, como los casinos. Este es un sector muy sensible a estos cambios.
¿Esperan que la situación empeore con el clima macroeconómico adverso de 2023?
Es muy difícil sacar proyecciones, porque no tenemos cifras actualizadas de Coljuegos. Sabemos que el dólar no va a bajar de $ 4.500, y que la caída de poder adquisitivo nos va a afectar, pero no sabemos cuánto. Es como entrar a ciegas en una montaña rusa. Los casinos no son a prueba de recesiones. Las personas se imaginan la opulencia de Las Vegas, pero en realidad el 85% del sector está compuesto por pequeñas y medianas empresas, muchas familiares.
¿Ya hay señales de esa afectación?
Las proyecciones de monto de apuestas para el último trimestre de 2022, ya muestran una leve desaceleración frente a periodos anteriores. Por ejemplo, la empresa Divercol, que cuenta con tres establecimientos, reportó en diciembre una reducción de ventas de 40% en comparación con el mismo mes de 2021.
Algunos casinos ya están vendiendo sus operaciones ante la creciente deuda y la incertidumbre. Necesitamos más controles por parte de las autoridades.
¿Qué desafíos enfrentan en materia regulatoria con el nuevo Gobierno?
Otra incertidumbre es la propuesta de reforma laboral. Trabajamos con dos y tres turnos, por lo cual las modificaciones en el recargo nocturno podrían afectarnos enormemente y generar recortes. La misma presión viene con el aumento del salario mínimo. Tampoco sabemos si habrá que pagar más con la anunciada reforma de salud.
Pero una amenaza más real para el sector es la ilegalidad. Hay 50.000 máquinas ilegales en el país, un tercio del total. Estas máquinas no están sujetas a impuestos por lo que pueden dar premios más generosos. Es una competencia difícil.