El Principado de Liechtenstein votará el 29 de enero la prohibición de casinos

Liechtenstein cuenta actualmente con seis operadores activos, ubicados a lo largo del micro estado, 10 veces más pequeño que Londres y con una población de apenas 40.000 habitantes.

Sin embargo, se planea la prohibición de los casinos mediante un referendum a realizarese el 29 de enero; y de ser aprobado, los casinos deberán finalizar sus actividades dentro de los próximos cinco años.

El referendum, junto con las firmas necesarias para su aprobación, fue traído a debate por el grupo IG VolksMeinung, que fue creado para combatir "la inundación de casinos".

Argumentan que la industria del juego pone en riesgo la reputación del país, que a pesar de haber estado en la lista negra de paraísos fiscales, pudo recuperarse luego de amenizar las leyes de secreto bancario hace una década.

"No queremos ser reconocidos como un punto central de casinos y póker en Europa", dijo Guido Meier, uno de sus miembros, en un debate sobre la próxima votación, a Reuters. "Es un gran problema para nuestra reputación".

Sin embargo, esto va en contra de los intereses de la industria local del juego, incluído Gryphon Invest AG, que es dueño de la mayoría de las acciones de la mitad de las apuestas de Liechtenstein.

"Esperamos que los votantes se guíen por el consejo de las dos partes principales, como también la junta económica y otras instituciones, y reconozcan que un mercado bien regulado es mejor que la prohibición", afirmó Gryphon a Reuters.

Los seis operadores trabajan desde 2017, cuando un cambio en la ley autorizó l six operators have opened since 2017, when a change in the law made gambling legal, welcoming crowds from Germany and neighboring Switzerland and Austria. 

Reinhard Fischer, presidente de la asociación de casinos de Liechtenstein y director Grand Casino, cree que más allá de la resolución del referendum, el desgaste natural dentro de un mercado limitado, reducirá el número de operadores nacional a un máximo de cuatro.

No acepta el argumento de que la industria representa un riesgo para la reputación del país. "Lo que hacemos cumple con la ley y, en algunos casos, incluso por encima del nivel que se exige", declaró.

El año pasado, los impuestos de viajes realizados por visitantes extranjeros a los casinos de Liechtenstein generaron USD 54.51 millones. "Esto es sin dudas una ganancia que es relevante a nuestro presupuesto", dijo el primer ministro, Sabine Monauni.

El gobierno ha alentado a la población a votar en contra de la prohibición, a la que Monauni describe como "muy radical y excesiva" y que no resuelve el problema de la adicción al juego.

"Queremos continuar con el juego permitido en Liechtenstein y por eso necesitamos encontrar un equilibrio entre las medidas que reducen la actividad y al mismo tiempo no destruir al mercado por completo", concluyó.