Las autoridades de Sportradar, la agencia internacional de monitoreo de apuestas deportivas, anunciaron que la empresa identificó 139 partidos bajo sospecha en Brasil en 2022, lo que representa un aumento interanual del 56%, ya que en 2021 los resultados sospechosos se detectaron en 89 encuentros deportivos.
La operación del Ministerio Público de Goiás, que descubrió una red de corrupción en partidos en la Serie B de 2022, demostró lo bien que trabajan las instituciones de investigación y, al mismo tiempo, cómo estas tramas pueden operar incluso en competiciones de alto nivel.
Esta aparente contradicción simboliza lo que ha sido el trabajo de combate a la ilegalidad: mientras que la FIFA, la CBF y las federaciones aumentaron sus esfuerzos, también creció el número de partidos con indicios de adulteración.
Según el informe, los partidos en Brasil con movimientos sospechosos en los sitios web de apuestas pasaron de 89 en 2021 a 139 en 2022. La CBF tiene un contrato con la agencia Sportradar, que mapea los movimientos en los sitios web deportivos de los juegos nacionales y estatales, y alerta cuando encuentra los que están fuera de la norma.
Los partidos considerados sospechosos se remiten a los organismos de investigación deportiva y policial. Y cabe destacar que en el mundo, los partidos con movimientos sospechosos pasaron de 905 en 2021 a más de 1.000 al año siguiente; cifras que refieren a doce deportes monitoreados. Sólo en el fútbol, el salto de datos sospechosos fue de 697 (2021) a 776 (2022).
Ante el crecimiento de un problema que amenaza la credibilidad del negocio, el fútbol brasileño intenta protegerse. La CBF renovó su contrato con Sportradar el año pasado. Y el nuevo vínculo, hasta 2025, prevé no sólo el uso del sistema de monitoreo de apuestas en las competiciones de la entidad, sino también en los campeonatos estaduales. Sólo este año, ya se han denunciado 23 partidos.
Los partidos son considerados sospechosos por el organismo desde el momento en que se identifica un movimiento anormal de apuestas en las páginas web. Puede ser el número de tiros de esquina en la primera parte, el número de goles, etcétera.
Sin embargo, esto no es suficiente para indicar manipulación. A partir de ahí, tanto los organismos deportivos como los penales tienen que investigar. “Tan pronto como la CBF recibe los informes, existe un procedimiento estándar que consiste en remitirlos a las autoridades deportivas competentes, para que tomen las medidas oportunas. Las sospechas sobre partidos en competiciones nacionales se remiten al STJD, y sobre las competiciones estatales a las respectivas federaciones, que las envían a sus Tribunales de Justicia Deportiva", explicó el abogado Pedro Trengrouse, asesor jurídico de la CBF.
La entidad también pone a disposición de los órganos de investigación la base de datos generada por ese trabajo de monitoreo. Además, da apoyo en los entrenamientos realizados en los estados. "Las organizaciones deportivas y los gobiernos deben trabajar juntos. Se trata de un problema mundial. La UNESCO ha debatido en reuniones con ministros de deportes de todo el mundo la posibilidad de crear una agencia que se ocupe de las apuestas deportivas, siguiendo el ejemplo de la Agencia Mundial Antidopaje", añadió Trengrouse.