En un análisis de la situación impositiva y las restricciones a la importación de equipos de juego en la Argentina, Cristian Galarza, CEO y fundador de ASAP Comercio Exterior, destacó que estas restricciones “si bien son un fenómeno que atraviesa transversalmente a todo el universo importador, el sector del juego es uno de los más castigados”. A continuación, su visión sobre el tema.
No es una novedad que desde hace tres años, en Argentina existen severas restricciones a las importaciones, y que su intensidad crece día a día debido a la caída del nivel de reservas del Banco Central de la República Argentina (BCRA).
Y si bien se trata de un fenómeno que atraviesa transversalmente a todo el universo importador, el sector del juego es uno de los más castigados.
Sumado a la catarata de normas que limitan fuertemente el acceso al Mercado de Cambios (al que curiosamente, el BCRA se refiere como "Mercado Unico y Libre de Cambios"), las empresas importadoras del sector deben lidiar con un sinnúmero de inconvenientes a la hora de importar y realizar pagos al exterior.
Algunos de estos problemas son:
SIRA: obtener una SIRA (licencia de importación) se ha convertido en un problema serio en Argentina.
Virtualmente no existen gestiones de resolución automática, los plazos de aprobación son inciertos, y el diálogo con las autoridades es inexistente. En particular, al momento de escribir esta nota, el porcentaje de autorizaciones para el sector del gaming es del 3% sobre todas las SIRA's presentadas desde la creación del sistema, en octubre de 2022.
Licencia No Automática (LNA): si bien como quedó dicho, no hay tratamiento automático para ninguna SIRA, las importaciones de esta industria en particular deben gestionar LNA.
Pagos al Exterior: las importaciones de máquinas tragamonedas, ruletas electromecánicas y electrónicas, y una numerosa lista de otros productos que importa el sector, no pueden ser pagadas hasta haber transcurrido UN AÑO, contado desde la fecha de despacho de la mercadería en Argentina.
Impuesto PAIS: son muy pocas las mercaderías que sufren la aplicación del impuesto PAIS (“Para una Argentina Inclusiva y Solidaria”), pero los productos mencionados en el punto anterior no escapan a esta imposición.
Se trata de un impuesto directo del 30% del valor a transferir al exterior, que se paga al momento de realizar la transferencia.
Lo más grave de este impuesto es que los bancos lo aplican incluso a operaciones realizadas antes de la fecha de vigencia de la norma. Es decir, que un importador que compró mercadería antes de que la norma pertinente fuera incluso publicada, la importó, la vendió y la cobró, al realizar la transferencia debe pagar este 30%.
Impuesto a las Ganancias: sumado al anticipo de Impuesto a las Ganancias del 6%, que se paga al momento de la oficialización del despacho de importación, las importaciones del sector de juego deben soportar un anticipo del 70% adicional de este impuesto al momento del giro de divisas.
Si bien es un anticipo, en el contexto inflacionario que vive la Argentina pagar un anticipo de esta magnitud y poder recuperarlo luego de un año, representa una pérdida de al menos el 50% de lo pagado.
Anticipos de IVA: desde hace unos pocos días, la Administración General de Ingresos Públicos decidió no aceptar los certificados de exclusión del pago de anticipos de IVA para las importaciones, y determinó que los importes pagados por este concepto no podrán ser utilizados hasta pasados al menos nueve meses de la fecha del despacho. Si bien esta norma es de aplicación general, castiga duramente a un sector en los que sus actores son empresas que, en general, tienen grandes saldos de IVA a favor. Una vez más, una espera de nueve meses con una inflación de más del 100% repercute de manera muy negativa en las finanzas de las empresas.
La voracidad fiscal es cada vez más grande y generalizada, pero el ensañamiento sobre el sector de juego es incomprensible, siendo que es un sector generador de turismo y puestos de empleo, aún en lugares remotos del país, y de alta recaudación de impuestos tan necesarios para la reconstrucción de la economía.