España: El juego movió casi USD 330 millones en Navarra durante 2022

El Gobierno de Navarra compartió su última Memoria Anual del Juego correspondiente al año 2022, que reveló que cada persona mayor de 18 años de la provincia española destinó el año pasado EUR 539 (USD 605) a juegos de azar, en promedio. Esta cifra supone un ascenso respecto al año previo, que fue de EUR 460.6.

En total, se jugaron el año pasado EUR 293.2 millones (USD 329 millones), informó el medio local Diario de Navarra. De esa cantidad, 131.1 millones (USD 147 millones) corresponden a juego público (Loterías y apuestas del Estado en un 84% y ONCE en un 16%).

El resto, EUR 162,1 millones (USD 182 millones), corresponden a juego privado. En esta última modalidad, las apuestas tienen un peso del 66% de todo lo jugado; le siguen las máquinas de juego tipo B (como las tragamonedas), que representan el 26%; y al bingo le corresponde un 8%.

A finales de 2022, había en funcionamiento un total de 71 locales en Navarra: tres bingos, 58 salones de juego y 10 tiendas de apuestas. El 70% de ellos están ubicados en Pamplona y Comarca; un 18% en Tudela y La Ribera; y el resto, diseminados por el resto de la geografía navarra.

En cuanto a los dispositivos, hay autorizadas 1.871 máquinas de juego distintas a las de apuestas. De ellas, 1.316 se encuentran en locales de hostelería y 555 en establecimientos de juego. Las máquinas de apuestas deportivas, por su parte, alcanzan las 816 unidades. De ellas, 493 se encuentran situadas en establecimientos de hostelería, mientras que otras 323 en locales de juego. En total suman 2.687 máquinas de juego.

Si se analiza el capítulo de los registros de autoprohibición, que es una de las medidas más utilizadas por las personas con ludopatía para evitar jugar, en el censo autonómico se hallaban inscritas 86 personas. Este dato se completa con las inscripciones en el registro estatal, el Registro General de Interdicciones de Acceso al Juego (RGIAJ), dependiente del Ministerio de Consumo. El último dato disponible es el correspondiente a finales de 2021, cuando 639 personas residentes en Navarra habían solicitado su inscripción.

La Asociación Aralar, que trabaja desde 1996 para combatir la ludopatía, prestó atención a 290 personas a lo largo del año pasado, de las cuales 118 son afectadas directas y 168 son familiares o personas de apoyo.

La memoria de 2022 también puso de manifiesto “la necesidad de abordar la perspectiva de género en la ludopatía”, ya que la inmensa mayoría de las mujeres con esta adicción siguen sin pedir ayuda, lo que demuestra la brecha que existe entre dos datos: por un lado, que se estima que el 30% de personas con ludopatía son mujeres y, por otro, que solamente el 10% de las personas tratadas en Aralar como afectadas son de sexo femenino. Sin embargo, el escenario es distinto cuando se trata de acudir como acompañantes: seis de cada 10 figuras de apoyo son mujeres.

Otra tendencia que se mantiene es que cada vez se suman “personas más jóvenes”. Tal y como se recoge en el Informe sobre Adicciones Comportamentales (2021), un 20% de los estudiantes de 14 a 18 años ha jugado con dinero en el último año, siendo el juego presencial más prevalente que el digital. También se desprende del informe otra cifra: el 3,4% de los alumnos de 14 a 18 años serían candidatos a presentar un posible juego problemático.

Nueva Ley “poco ambiciosa”

En 2022, Navarra aprobó una nueva Ley de Juego, que Aralar ha juzgado de “poco ambiciosa”. En ese sentido, la presidenta de la entidad, Raquel Pardo del Burgo, expresó: “Reconocemos avances respecto de la anterior regulación, pero han quedado demasiadas cosas en el tintero. Por ejemplo, las máquinas tragamonedas seguirán en los bares, sin ningún tipo de control o restricción de uso, y en los locales de juego se seguirán dispensando bebidas alcohólicas. Por otra parte, la puesta en marcha de otras medidas quedó supeditada a la aprobación de un Reglamento que a día de hoy sigue pendiente”.

Entre las reivindicaciones de Aralar, se encuentran: que no sea posible disponer de dinero en efectivo ni bebidas alcohólicas en los locales de juego; incluir la red pública de salud como referencia; más inspecciones y control en los locales; que se solicite la identificación para cualquier tipo de juego de azar; crear el registro de autoprohibición para créditos rápidos; espaciar el tiempo entre la ganancia de juego y la retirada del dinero para impedir que la persona siga jugando; mayor regulación de la publicidad y de patrocinios; que se realicen programas preventivos en los centros educativos; la prohibición de las máquinas tragamonedas y las de apuestas deportivas de los establecimientos de hostelería, y terminar con la facilidad de acceso al juego a menores de edad y a personas autoexcluidas.