El Comité Económico y Social Europeo (CESE), a instancias del Ministerio de Consumo de España, publicó un dictamen exploratorio titulado “La publicidad a través de influencers y su impacto en las personas consumidoras”. En éste propone un reglamento para alcanzar una armonización normativa de la actividad de los creadores de contenido dentro de la Unión Europea.
“La publicidad y el marketing de influencers ha sido una de las industrias de más rápido crecimiento de la última década. Percibidos por los consumidores como más cercanos, más auténticos y más confiables que la publicidad tradicional o el respaldo de celebridades, los influencers atraen cada vez más inversiones de marca”, dice el informe del CESE, elaborado por Bernardo Hernández Bataller, secretario general de la Asociación de Usuarios de la Comunicación (AUC) y vocal del Consejo de Consumidores y Usuarios (CCU) de España, y Stefano Palmieri, miembro del Departamento de Políticas Europeas e Internacionales de la Confederación General Italiana del Trabajo (CGIL).
“Sin embargo, a diferencia de la publicidad tradicional, que está sujeta a reglas muy estrictas, la publicidad de influencers puede pasar desapercibida en la divulgación de anuncios. La naturaleza comercial de las publicaciones de influencers no siempre es identificable como tal, con anuncios que aparecen junto con contenido editorial independiente pero con un estilo similar. Las empresas que utilizan influencers como embajadores de sus productos y marcas también tienen mayor libertad que en la publicidad convencional, desarrollando argumentos de venta que a veces se burlan de las reglas”, sostiene el dictamen.
“Esta falta de transparencia es peligrosa para los consumidores en general y en particular para los menores de edad que están constantemente en las redes sociales. Exponer a este grupo vulnerable a publicidad encubierta podría dañar potencialmente su desarrollo físico, psicológico, social o emocional”, agrega el CESE.
Ante este escenario y ante la variedad de normas y códigos de autorregulación que existen entre los países de la Unión Europea respecto a la figura del influencer, el CESE busca un tratamiento armonizado a nivel europeo de diferentes criterios a la hora de ofrecer contenido publicitario al público objetivo de los diferentes influencers.
También hace mención al juego y las apuestas al señalar que estos deberían garantizar la posibilidad técnica de “excluir a los usuarios menores de edad de la audiencia de la plataforma y/o redes sociales para todo contenido sensible (alcohol y bebidas energéticas, juegos de azar y apuestas, pornografía, tabaco y derivados, incluidos los cigarrillos electrónicos, cirugía estética, etc.) que en todo caso deberá contener la etiqueta “prohibido a menores de 18 años”, obligar a la verificación de edad y permitir el uso del control parental”.
Cabe agregar que recientemente se aprobó en Francia la normativa destinada a frenar la publicidad que realizan los influencers en las redes sociales, y en la que figuran específicamente referencias al juego, algo que por ahora no contempla la Unión Europea.