Desde Ecuador advierten que las apuestas deportivas podrían generar un mayor beneficio al fisco que el previsto hasta ahora por el Servicio de Rentas Internas, institución del Gobierno encargada de gestionar la política tributaria.
Cabe recordar que, en junio de este año, la Corte Constitucional de Ecuador aprobó una reforma tributaria que establece un nuevo impuesto único para operadores y aficionados a los pronósticos deportivos, cuyo gravamen comenzará a aplicarse a partir del 1 de enero del 2024.
Según la normativa, las plataformas de pronósticos deportivos deberán pagar el 15% sobre su base imponible, o sea sobre los ingresos totales sobre premios pagados. Si la apuesta es realizada en una operadora extranjera, será el jugador quien deberá asumir el 15% del impuesto sobre el valor de su apuesta al momento de realizarla.
En este contexto, un artículo del medio ecuatoriano La República plantea que las previsiones tributarias del Servicio de Rentas Internas apuntan a ingresos de USD 10 millones para el Estado ecuatoriano, un monto cercano al 0,01% de los ingresos nacionales actuales.
“Es cierto que esta cifra parece reducida, pero debemos considerar que su importe probablemente sea mayor. El motivo es que dado que actualmente la actividad de las casas de apuestas no está debidamente regulada, también resulta complicado valorar la misma en términos reales”, señalan.
En esa línea, el medio periodístico afirma que “probablemente la cantidad real jugada y, en consecuencia, los impuestos derivados sean mucho mayores” a los que se esperan desde el Gobierno.
“En el caso de resultar legalizada su actividad como tal, es obvio que estas empresas empezarían a pagar nóminas a pagar impuestos por sus trabajadores y también a generar un efecto de multiplicación de renta por las inversiones que llevarían a cabo. Como consecuencia, estos serían los tributos adicionales que podrían abonar”, destacan.
Entre los impuestos adicionales que aportarían, están los tributos sobre beneficios empresariales, sobre la renta de sus empleados, e impuestos indirectos por los insumos de su actividad. Añaden que estos “son más complicados de cuantificar, pero no cabe duda de que viendo el nivel de negocio, probablemente no sean reducidos”.
“De todos modos, hasta que no se produzca la legalización y ordenación legal del sector no será posible determinar realmente estos resultados ni el peso total de la actividad de las casas de apuestas en la economía nacional”, concluye el artículo.