Luego del anuncio realizado por la Secretaría de Gobernación (Segob) sobre la preparación de un decreto firmado por el presidente Andrés Manuel López Obrador, que buscará limitar la actividad de la industria del juego en México, varias voces del sector comenzaron a alzarse, alertando sobre los efectos negativos de la medida.
Distintos sindicatos y gremios que agrupan a los trabajadores de esta industria mantuvieron reuniones con aquellos legisladores que apoyan el llamado “decretazo” contra el juego en México. El proyecto que busca reformar la Ley de Juego mexicana “elimina el Título Cuarto, Capítulo VII De los Sorteos de Números o Símbolos a través de Máquinas”, lo cual acabaría por prohibir las máquinas tragamonedas o slots.
Durante la reunión, los líderes sindicales advirtieron que esta medida podría provocar la pérdida de 100.000 puestos de trabajo, fomentar un mercado negro y pérdidas al erario por casi MXN 5.000 millones de pesos (casi USD 280 millones).
Daniel Amoroso, presidente mundial del Sector Juegos de la Unión Internacional de Trabajadores, comentó en declaraciones al medio El Universal: “Estamos cabildeando con funcionarios, con legisladores porque está reforma no está bien diseñada, no se tomó en cuenta legal en otros países, no se tomó en cuenta la opinión de los empresarios, de los trabajadores, de una actividad regulada, que paga impuestos y que tiene inversiones millonarias a largo plazo”.
La iniciativa también busca eliminar la figura de “operador” dentro de la industria de apuestas y sorteos, con la cual los permisionarios o empresas podían adquirir una máquina de juegos a través de un tercero.
Por su parte, Mario Madrigal, secretario general del Sindicato Nacional de Trabajadores Operadores de Libros y Establecimientos de Diversión, Hoteles, Restaurantes, Comunicaciones, y Servicios en Entidades Locales (Sintoled), aseguró que además "se perderán inversiones millonarias, la capacitación a trabajadores, lo mismo con técnicos encargados de la tecnología y el mantenimiento de esta industria, sumado a que muchos mexicanos optarán por viajar al extranjero para jugar y apostar".
“Ello sumado a que la industria de los casinos con máquinas tragamonedas perdería alrededor de MXN 15.000 millones al año (USD 830.000.000) y el gobierno federal alrededor de 5.000 millones vía impuestos”, agregó.