José Vall Royuela fue reelegido presidente de la Asociación Española de Empresarios de Salones de Juego y Recreativos (ANESAR) en el mes de julio, lo que lo llevará a acumular 16 años dedicados a la presidencia de la entidad que tiene por objetivo la defensa de los intereses de las empresas titulares de salones frente a las normativas que limitan el desarrollo del sector.
En una entrevista realizada por el medio español Sector del Juego, el ejecutivo se refirió al aporte realizado en el ente durante estos años, los próximos objetivos planteados y los principales desafíos que enfrenta el sector.
Al abordar los logros alcanzados por su gestión, Vall subrayó que el trabajo de los anteriores presidentes de ANESAR fue fundamental para que “ANESAR esté donde está”. En ese sentido, detalló: “Destacaría el alto grado de consolidación de la asociación tras más de 40 años de existencia, así como su fortaleza en el sentido de aunar distintas voluntades y reunir a empresas diversas y competidoras de todos los tamaños. El trabajo en red que se consigue por medio de las asociaciones territoriales es también fundamental, porque así se consigue coordinar mensajes y un efecto de capilaridad que resulta fundamental para la consecución de los objetivos”.
“Todo el trabajo y actuaciones concretas realizadas ha hecho que los salones de juego se hayan situado en la escena sectorial como un actor fundamental, un subsector con identidad propia y diferenciada al que hay que escuchar para llegar a los consensos necesarios. ANESAR ha estado presente en todos estos procesos por medio de sus múltiples acciones, y seguiremos estando”, aseguró.
Al ser consultado por las aspiraciones fundamentales que quedan por conseguir, el ejecutivo afirmó que en el sector hay un trabajo que nunca termina: “explicar a los dirigentes y políticos nuestra realidad empresarial”, señaló.
“Cuando se producen unas elecciones como las que se han producido ahora, y hay cambios en los gobiernos, tenemos que retomar este trabajo y lo debemos hacer de manera muy pedagógica y didáctica. Este es uno de los grandes retos, en el que debemos incluir el injusto tratamiento que sufrimos el juego privado con respecto al juego público y otro tipo de cuestiones más concretas que irían en una dirección: normalizar el desarrollo de una actividad regulada que cuenta con todas las garantías de protección para la ciudadanía y que es el aval ciudadano para un juego seguro y controlado a fin de evitar la proliferación del juego ilegal”, enfatizó.
En cuanto a la postura de políticos que se manifiestan en contra del juego o que de alguna forma no apoyan la evolución del sector privado, Vall aclaró que no le gusta “generalizar”. “Detrás de lo que ha pasado en los últimos años, creo que al principio había más ignorancia que otra cosa. Aquí se ha hecho un gran trabajo por parte de todo el sector para aportar los datos que neutralizaran esa ignorancia. Y cuando la ignorancia se ha superado, ha habido casos en los que la ideología se ha impuesto y se ha seguido atacando al sector, a sabiendas de que muchos de los datos que se defendían eran falsos. Por suerte, también hay muchos políticos y dirigentes que nos han escuchado y que comprenden la situación, y entienden también lo incomprensible que resulta que algunos, por ejemplo, desde sus atalayas ideológicas, ataquen al sector privado mientras defienden al sector público”, advirtió.
“No podemos hacer otra cosa que insistir y persistir en nuestros argumentos. Las veces que haga falta. A veces con más éxito y a veces con menos, pero no podemos desfallecer en explicar cuál es nuestra realidad. Hay que entender que la clase política atiende las cuestiones que preocupan a la sociedad. Casi toda la prensa ha comprado los relatos y los ha hecho suyos y esto llega a la clase política que debe atenderlo y analizarlo. Por eso hemos seguido incansablemente explicando nuestra realidad y muchos lo han entendido. Es verdad que ese tsunami en el que hemos estado inmersos se ha calmado bastante a pesar de haber estado inmersos en épocas de gran intensidad electoral. Quiero pensar que el trabajo del sector en su conjunto ha tenido que ver algo con esta mayor calma después de la tempestad. Puede que sea ingenuo, pero creo que no se puede mantener una mentira mil años”, expresó.
“A los políticos no les podemos pedir que nuestros negocios vayan mejor, porque de eso nos tenemos que encargar los empresarios en el marco de la competencia y de la libertad de mercado como principios fundamentales en el mundo empresarial. A los políticos lo que les tenemos que pedir es que nos dejen trabajar, que regulen pero que no entorpezcan estos principios en base a criterios ideológicos que conllevan medidas desproporcionadas, injustas y lo que es peor, ineficientes e ineficaces”, aseveró.
Y, en ese sentido, hizo un llamado: “Al margen del color político, es verdad que muchos partidos desde la oposición han entendido nuestros argumentos y los han expuesto con valentía en parlamentos autonómicos, prensa, etc. Solo les pedimos que los mismos postulados que defendían como oposición lo mantengan ahora que gobiernan”.
El ejecutivo valoró también que ANESAR sea miembro de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE): “Es una cuestión estratégica puesto que consideramos que una asociación como la nuestra debe integrarse en todos los foros empresariales, aprender de la experiencia de otros sectores, pertenecer a las distintas comisiones y estar en el debate empresarial como cualquier otro sector. Se están haciendo cosas interesantes en el seno de CEOE con el resto de asociaciones del sector que también pertenecen a CEOE, y seguro que van a dar buenos frutos”.
Al dialogar sobre la imagen de los salones de juego, Vall se refirió a cuestiones que “están en el ADN de ANESAR”, como la profesionalización de los recursos humanos, las medidas de control y el juego responsable.
“El control de acceso es una de mayores garantías que se pueden tener para garantizar que quien no debe jugar, por ser menor o autoexcluido, no lo haga. Lo demás serán medidas estéticas, pero no necesariamente eficaces. Nuestros empleados hacen un gran trabajo y asumen una buena dosis de responsabilidad en su cometido. Están bien formados y preparados para ello. Esto siempre ha sido así, pero por los motivos que sean, la imagen del sector se ha deteriorado, dando por ciertas cuestiones que no lo son. Por tanto, tenemos que seguir redoblando esfuerzos para neutralizar esta percepción. Cuando alguien se acerca ‘de verdad’ a nuestros locales percibe la profesionalidad con la que se trabaja”, indicó.
“En tiempos anteriores se ha trabajado mucho en desarrollar un producto competitivo para los salones, pero siempre siendo previsibles y manteniendo el ‘quore’ de nuestros negocios, como es la máquina o el elemento electrónico como elemento nuclear de los salones”, comentó Vall, y agregó: “A la vista de la deriva sectorial hacia la máquina de juego como elemento nuclear en cualquier establecimiento de juego, parece que se acertó con esta decisión. Han sido tiempos muy convulsos y creemos que todavía hay bastante margen de mejora en el producto, pero también debemos consolidar la oferta que tenemos. Los fabricantes y proveedores hacen muy buen trabajo”.
En cuanto a la posibilidad de sumar nuevos productos, alejados un tanto de los tradicionales, expresó: “Un salón es un establecimiento de juego, con licencia para ello, y que cuenta con todos los avales y garantías para ejercer esta actividad, con control de acceso, medidas de seguridad, etc. Es el lugar natural para el juego y, por tanto, todas las opciones lúdicas que se adapten a nuestras características deben ser valoradas para su explotación en los salones de juego, si bien se deben contemplar otro tipo de variables como las fórmulas para su explotación, puesto que como empresarios también somos operadores de juego, y esto lo debemos mantener en nuestro ADN”.
El presidente de ANESAR hizo hincapié en la necesidad de la implementación de nuevas alternativas de pago. “Un comercio no puede ser excluido de los avances en los medios de pago puesto que negarlos es la forma más directa de expulsarlo del tráfico mercantil. No podemos ir contra la tendencia natural en esto. Tenemos los controles de acceso para que no juegue quien no debe jugar. Limitar los medios de pago para el público en general y para el 99% de las personas que hacen un uso responsable de nuestra oferta resulta inadmisible. Y no es una cuestión exclusiva de operatividad mercantil, sino lo que es más importante: de seguridad. En la última reunión de Operación Salón quedo patente, por medio de declaraciones de la propia policía, que el flujo de efectivo de las salas es el gran atractivo para los ladrones. Una buena política de medios de pago reduciría este riesgo que tantos problemas nos conlleva”, explicó.