El Gobierno británico anunció que estudia la posibilidad de imponer un impuesto para las empresas de juego online y terrestre, a fin de recaudar GBP 100 millones (USD 121,3 millones) al año para financiar la investigación, la prevención y el tratamiento de la adicción al juego.
El Departamento de Cultura, Medios de Comunicación y Deporte (DCMS, por sus siglas en inglés) señaló en un comunicado que, si bien ya existe un impuesto voluntario, algunos operadores pagaban tan sólo GBP 1 para investigación, prevención y tratamiento.
“El Gobierno está decidido a establecer la tasa como un nuevo gravamen del 1% sobre el rendimiento bruto del juego para los operadores de juego online, mientras que las casas de apuestas tradicionales y los casinos pagarán una tasa propuesta de alrededor del 0,4%”, detallaron.
Cabe señalar que el Gobierno británico presentó en abril sus planes para combatir la ludopatía y actualizar la normativa tras el aumento de las apuestas a través de teléfonos inteligentes, aplicaciones y otras plataformas online mediante las cuales se puede acceder al juego online.
Asimismo, indicaron que la financiación producto de este nuevo impuesto permitiría nuevas inversiones para el Servicio Nacional de Salud (NHS, por sus siglas en inglés) estatal en Inglaterra, Escocia y Gales.
Al respecto, el ministro de Juego del Gobierno, Stuart Andrew, expresó: “Las empresas de juego deben pagar siempre la parte que les corresponde, y este nuevo gravamen legal garantizará que estén obligadas a hacerlo”.
En respuesta, el Betting & Gaming Council (BGC) manifestó su respaldo a esta nueva propuesta gubernamental, aunque consideró que este nuevo impuesto “debería aplicarse a todos los operadores, incluida la Lotería Nacional, sin afectar a las buenas causas, que no son inmunes a que los jugadores problemáticos jueguen con sus productos, como las tarjetas rasca y gana y los juegos instantáneos”.
El organismo también solicitó que la tasa se aplique en una escala móvil, con contribuciones porcentuales más pequeñas de los operadores tradicionales, incluidas las casas de apuestas independientes de las calles principales, que han luchado por recuperarse tras la pandemia y que, según el BGC, incurren en costes fijos desproporcionadamente más elevados.