En diálogo exclusivo con Yogonet durante la reciente edición de SBC Summit Latinoamérica, Andre Gelfi, presidente del Instituto Brasileño de Juego Responsable (IBJR), destacó la importancia que tiene para el mercado la reglamentación pendiente de las apuestas deportivas y el juego online, analizó los plazos políticos que restan para definirla y sostuvo que “un mercado formal es la principal herramienta que tiene Brasil para combatir al juego ilegal”.
¿Cómo resumiría la situación actual de la regulación de las apuestas en Brasil? ¿Cuáles son las expectativas que tienen para los próximos días, sabiendo que hay avances a nivel legislativo, en relación a la aprobación de la reglamentación de las apuestas deportivas en el Congeso?
Estamos, diría, a pocas semanas de tener una definición con relación a lo que será la reglamentación de igaming en Brasil, con la votación del proyecto que salió de la Cámara de Diputados en septiembre, y ahora en noviembre debe pasar por el Senado.
Tuvimos muy buenas interacciones con el Senado, en cuanto a nuestras preocupaciones con el proyecto que salió de la Cámara de Diputados; y ahora estamos ante la expectativa de ver cómo se definen los temas que hemos discutido: si vamos, efectivamente, a llegar a un texto más adecuado para el desarrollo del mercado brasileño de una forma sostenible.
La piedra angular de toda esta historia es la cuestión económica: los impuestos tienen que se razonables no sólo para los operadores, sino principalmente para el jugador. Hay una herencia de cómo esta actividad fue legalizada en 2018, que nos sigue pasando factura con el tema de la retención de impuestos sobre la renta de los jugadores y los premios. Esta dinámica inviabiliza, desde nuestro entendimiento, la actividad en el mercado local, con lo que debería pasar por una serie de ajustes para dar certeza de funcionamiento en el mercado.
Nosotros tenemos expectativas de que tanto el Gobierno como el Congreso hayan tomado en cuenta ésto: creemos que la Ley no puede avanzar de esta forma, y que el ajuste vendrá en la publicación del proyecto y en la votación del mismo en el Senado. Tenemos expectativas de que allí, el texto se trate en las próximas dos semanas\ y llegue más adecuado al desarrollo del mercado.
En el caso de los cambios que se estaban proponiendo, sobre el manejo de la imagen de los clubes de fútbol, que pasarían de ser manejados por el Gobierno Federal al ámbito privado. ¿Cuál es la posición que tomó el Instituto Brasileño de Juego Responsable?
Nosotros entendemos que la letra actual es bastante pragmática en cuanto a la dinámica. El Gobierno básicamente lo propuso, y la Cámara de Diputados aceptó que la organización de los derechos estuviera a cargo del Gobierno. Entonces los aportes económicos de la actividad serían distribuidos desde el poder público.
Ahora hay una discusión en relación a la posibilidad de que esto no sea así, y que se hiciera directamente entre las casas de apuestas y los operadores, y el segmento de deporte brasileño.
Nuestra opinión es que esto no funcionaría desde el punto de vista operativo. Sería muy complicado que un operador tuviera la capacidad de organizarse con una cantidad de clubes tan potente: sólo en el fútbol estamos hablando de casi 1.000 clubes. Efectivizar esos contratos sería operativamente una locura.
Creo que para el desarrollo saludable del mercado sería una mala idea, por lo que esta semana nos manifestamos desde el IBJR en ese sentido, para dejar muy claro nuestro entendimiento como operadores. Espero que en el Senado mantenga lo que se planteó en la Cámara de Diputados, y anteriormente.
Se habla de que Brasil presenta hoy un número de operaciones de juego online offshore muy grande... ¿Qué cantidad de operadores consideran que, a través de la legislación, podrían realmente sostener un mercado sustentable para el país? ¿Y creen que el Estado puede tener un control efectivo y real, para evitar que los operadores offshore sigan penetrando en Brasil?
Creo que el mercado se va a consolidar, y vamos a tener un número bastante menor de marcas y de operadores en el mercado brasileño a partir de la regulación, porque habrá reglas claras y no todos van a poder mantenerse bajo estos requisitos.
Las inversiones van a ser importantes y no todos los operadores van a poder responder a estas exigencias: sólo la licencia puede costar hasta 30 millones de reales, de acuerdo al texto que salió en la Cámara de Diputados, y que si bien puede cambiar en el Senado, creo que es poco probable que eso ocurra.
Pero volviendo a la pregunta, la regulación tiene que ser viable económicamente. El mercado formal es la principal herramienta que tiene Brasil para combatir el mercado informal.
Yo creo que esta medida, sumada a los controles de publicidad y a los controles sobre los métodos de pago, deberían ser lo suficientemente efectivos como para disminuir un mercado que hoy opera y no está regulado en Brasil.
Sabemos que el mercado informal es algo que existe, y siempre va a ocupar una parte de la oferta. Es imposible tener un mercado 100% regulado, pero nuestra expectativa es que este mercado ilegal sea lo más pequeño posible. Es el desafío y la intención, tanto del Instituto Brasileño de Juego Responsable, como de sus miembros y del Gobierno.
¿Tendremos reglamento antes de fin de año?
Yo diría que el proceso de discusión política debería de prolongarse hasta fines del año. Se está trabajando bastante duro para que esto salga antes de 2024, porque el Gobierno tiene la pretensión de recaudar dinero del juego el año próximo. De hecho, los ingresos derivados de esta actividad están considerados en el Presupuesto Federal para el año que viene.