El Senado de Puerto Rico avanza en el tratamiento de un proyecto de la Cámara de Representantes (1593) que busca enmendar la Ley de Máquinas de Juegos de Azar para garantizar un pago de al menos el 50% a retirados de la Policía de Puerto Rico, así como regular la cantidad de máquinas y establecer periodos para el pago de licencias.
La medida, de la autoría de José Rivera Madera, ya había sido aprobada por la Cámara de Representantes en marzo y había sido tratada en el Senado. Luego sufrió modificaciones y volvió a la Cámara. Finalmente, el nuevo informe pasó el Senado con 20 votos a favor, tres votos en contra y tres abstenciones, y avanza el trámite legislativo.
Además de enmendar la Ley de Máquinas de Juegos de Azar para aportar a los retirados de la Policía de Puerto Rico, el proyecto busca regular la cantidad de máquinas de juegos de azar por negocio y sus premios. Además, busca establecer el periodo en que dueños mayoristas podrán pagar la totalidad de licencias de máquinas a las que tengan derecho.
Según establece la medida, mediante la aprobación de esta Ley, “se amplía la política pública relativa al retiro de la Policía, conforme a los recaudos recibidos de las máquinas de juegos de azar en ruta”. En ese sentido aclara que “los recaudos gubernamentales no se afectan, puesto que el ingreso estaría disponible en el fideicomiso creado para otorgar los beneficios correspondientes”.
De esta forma, el monto a destinar a los agentes jubilados será producto del pago de licencias y derechos para la operación y explotación de las máquinas de juegos de azar en Puerto Rico. El beneficio, aclararon desde el organismo gubernamental, abarca también a aquellos uniformados que se vieron afectados con la Ley 3 de 2013.
Por otro lado, la ley autoriza la introducción y operación de hasta 25.000 máquinas de juegos de azar en ruta en la isla, con la posibilidad de aumentar esta cifra tras dos años, si no se satura el mercado.
El proyecto también establece requisitos estrictos para la operación de las máquinas, incluyendo la necesidad de licencia y marbete emitidos por la Comisión de Juegos de Puerto Rico, así como la obligación de conexión a los Sistemas de Conexión Interna para autenticar jugadas y mantener la seguridad de los datos.