La Asociación Madrileña de Empresarios del Recreativo (AMADER), la Asociación de Empresas de Establecimientos de Juego y Ocio de Madrid (AEJOMA) y la Asociación de Empresas de Juegos Autorizados (ASEJU) compartieron el Quinto Informe sobre el Juego en la Comunidad de Madrid, el que reveló que para 2023 el juego en esta comunidad autónoma recuperó los niveles previos a la pandemia y que la mayoría de las empresas del sector han logrado superar su situación financiera.
De acuerdo con las cifras, en 2023, el juego real ascendió a EUR 1.296 millones (USD 1.399 millones) sumando las cantidades destinadas a los juegos de suerte y a entretenimiento. Esto supuso un retorno a los niveles de juego de 2018 y 2019, con un gasto real por habitante de entre 18 y 75 años de EUR 118,3 (USD 127,7) al año en loterías, quinielas, cupones y rascas de la Organización Nacional de Ciegos Españoles (ONCE) y de EUR 140,1 (USD 151,5) por año en juegos de entretenimiento.
De acuerdo con el informe, se debe tener en cuenta que la cantidad real que una sociedad destina al juego es la diferencia entre las cantidades jugadas y los premios.
Durante 2023, el 35,4% de los ingresos de las empresas de juego de entretenimiento se destinó a impuestos y cotizaciones sociales, lo que supuso “un retorno a la normalidad anterior a la covid, según datos de CREA Sociedad de Garantía Recíproca, a partir del Registro Mercantil Central”. Así, se generaron EUR 132,2 millones en impuestos especiales sobre el juego, EUR 35 millones en impuestos generales sobre las empresas y EUR 81,8 millones en cotizaciones sociales.
Por otra parte, el reporte arrojó que el juego en la economía de la Comunidad de Madrid representó en 2023 el 0,5% de su PIB: el 0,22% correspondió a los juegos de suerte de las Empresas públicas como Loterías y Apuestas del Estado (SELAE) y la ONCE y el 0,26% al juego de entretenimiento gestionado por empresas privadas.
Aún así, ha habido sectores que han sufrido el impacto de la covid y los cambios que ha inducido al cierre de salones y locales específicos de apuestas y descenso de las máquinas operativas en hostelería. Esto ha producido un descenso en el número de empleos sostenidos por el juego. Por esta razón, según el informe, los niveles de empleo anteriores a la covid aún no se han recuperado del todo.
En lo que respecta a premios, en las loterías y cupones se reparte alrededor del 50% de las cantidades jugadas, mientras que en los juegos de sala, de entretenimiento, como bingos, salones y máquinas en hostelería, se entrega como mínimo entre el 70% y el 80%. Algunos juegos de máquinas alcanzan el 80 u 85%.
En lo que tiene que ver con empleo, el juego de entretenimiento dio empleo directo a 7.254 personas, principalmente en puestos de atención al cliente, gerencia y diseño/fabricación de equipos. Indirectamente, sostuvo 4.035 empleos en el sector de la hostelería, a través del rendimiento de las máquinas recreativas instaladas en los bares. En total, el sector del juego generó 17.139 empleos directos e indirectos en la Comunidad de Madrid.
El informe también dio cuenta de los controles que llevados adelante por la Administración de la Comunidad de Madrid, a través de su Subdirección General de Ordenación del Juego, y la Policía Nacional, para que la industria cumpla y respete las regulaciones.
Es así como en 2023 se realizaron 27.232 inspecciones, con lo cual, según el consejero de Medio Ambiente, Interior y Agricultura “la industria del juego está respetando la regulación”. Adicionalmente, se reportó que la aplicación de controles de entrada automáticos es eficaz para impedir el acceso de menores o autoprohibidos y que hacer estas instalaciones implicó una inversión para las empresas de salones y apuestas de EUR 8,1 millones.
Otro de los ejes del informe es que la oferta de juego en la Comunidad ha venido presentado una reducción: el impacto de la covid y el exceso de locales se tradujeron en el cierre de salones y locales de apuestas por encima de la demanda del mercado, y la disminución de los bares tradicionales (de autónomos) ha reducido la oferta de máquinas “B” recreativas.
Desde 2019 el número de salones ha disminuido en casi 40 y el de bares autorizados a disponer de máquinas “B” en casi 3.000. Esto implica una racionalización de la oferta al desaparecer los locales con baja rentabilidad.
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