El presidente Luiz Inácio Lula da Silva hizo una fuerte declaración sobre las apuestas deportivas este domingo, 6 de octubre, y dijo a los periodistas que si "la regulación no funciona, acabaremos con ellas", según publicó Folha de S.Paulo.
Inmediatamente después de votar en São Bernardo do Campo (SP), el presidente afirmó que la regulación del sector "debe estar completamente lista" la próxima semana y que, si el conjunto de normas no trae resultados en términos de prevención de la adicción al juego y la pérdida de dinero para las familias, el "gobierno pondrá fin a las llamadas apuestas".
Sin embargo, el mandatario no dio detalles sobre lo que esto significaría, ni cómo se llevaría a cabo este proceso. "No tendré ninguna duda en acabar con ello de una vez por todas", comentó en otro momento.
Lula manifestó, sin embargo, que es partidario de una salida por la vía de la regulación, porque la gente debe tener libertad para apostar. También expresó que sería difícil prohibir, ya que incluso los juegos que actualmente están prohibidos por la ley siguen existiendo, como las apuestas en las peleas de gallos.
El Gobierno brasileño se ha visto presionado por diversos segmentos de la sociedad - y dentro de los propios ministerios - ante el acelerado crecimiento del número de jugadores y del dinero gastado en el sector.
Tras la publicación de datos del Banco Central que muestran que sólo en agosto se gastaron BRL 20.000 millones (unos USD 3.663 millones) en apuestas, existe una gran preocupación interna por el posible aumento de la dependencia psicológica del juego y el endeudamiento de la población.
El caso ha llamado tanto la atención que el Tribunal de Cuentas de la Unión (TCU) ha anunciado que hará un seguimiento de las acciones propuestas por el Gobierno federal en relación con el mercado de apuestas.
Una encuesta reciente del Instituto DataSenado reveló que más de 22 millones de brasileños (el 13% de la población) de 16 años o más hicieron apuestas deportivas en agosto.
Por otro lado, un estudio divulgado por el Instituto Brasileño de Juego Responsable (IBJR), indicó que la cantidad realmente gastada con fondos de Bolsa Família fue mucho menor, de BRL 210 millones (USD 38.470.320), ya que el Banco Central no tuvo en cuenta el dinero devuelto en forma de premios.
En un vídeo, el abogado Fabiano Jantalia, especializado en Derecho de Juegos y Apuestas, ya había señalado lo que llamó "incoherencias" en el análisis y precisó que el "Banco Central todavía tiene poco conocimiento de cómo funciona este mercado".
En su discurso de este domingo, el presidente Lula afirmó que "no admite" el uso de fondos de Bolsa Família para apuestas, pero indicó, sin embargo, que estos casos son ocasionales. Argumentó que a menudo son mujeres las que reciben el beneficio social y que, en su opinión, es poco probable que "gasten el dinero de sus hijos en apuestas".