Islas Caimán: Estudian autorizar los casinos en cruceros como incentivo para estancias prolongadas

Kenneth Bryan, ministro de Turismo y Puertos de las Islas Caimán, ha propuesto permitir que los cruceros exploten sus casinos mientras estén atracados en aguas caimanesas, siempre que el público apoye la construcción de un muelle de cruceros en un próximo referéndum.

En la actualidad, el juego a bordo de cruceros está prohibido dentro de las aguas territoriales del país, pero Bryan sugiere levantar la prohibición para animar a los cruceros a prolongar sus estancias en George Town o incluso pernoctar.

Bryan señaló que las conversaciones con los operadores de cruceros indican que mantener abiertos los casinos mientras están atracados podría motivar a los buques a permanecer más tiempo, lo que beneficiaría a la economía local.

Y añadió: "Personalmente creo que puedo convencer a mis colegas para que lo apoyen. Pero sólo lo haríamos si supusiera un verdadero beneficio para las Islas Caimán". Para garantizar que los visitantes pasen tiempo en tierra, las normas propuestas limitarían las horas de funcionamiento de los casinos a bordo, permitiéndose el juego sólo a última hora del día.

El plan podría dar respuesta a la reciente preocupación por el declive económico del turismo de cruceros. Bryan ha subrayado el potencial de un muelle de cruceros para reactivar George Town, explicando que si los barcos pudieran atracar por la noche, los visitantes tendrían más tiempo para explorar la capital, lo que beneficiaría a los negocios y atracciones locales. A principios de este mes, señaló en el Parlamento: "Si tuviéramos un muelle, los barcos podrían incluso plantearse pernoctar en nuestros puertos. ¿Se imaginan el impulso que eso podría dar al centro de George Town?".

Los protocolos de seguridad seguirían siendo estrictos, y el acceso al juego estaría limitado exclusivamente a los pasajeros de cruceros. El ministro Bryan aclaró que los residentes de la isla no tendrían la posibilidad de subir a bordo de los barcos para jugar: "No he contemplado ese concepto, ni siquiera seguiría ese camino".

Los partidarios del atraque de cruceros han expresado un cauto apoyo al planteamiento de Bryan. Ellio Solomon, representante de la Asociación para el Avance del Turismo de Cruceros (ACT), afirmó que la mejora de las infraestructuras podría acercar la oferta de cruceros de Caimán a la que se ofrece a los viajeros aéreos, mejorando la experiencia de los turistas que llegan por mar.

Solomon señaló: "Cualquiera que sea el gobierno elegido en 2025 tendrá el mandato de construir infraestructuras en el muelle y explorar cualquier mejora que crea que el país necesita y nuestra comunidad apoyará".

Bryan tiene previsto profundizar en la propuesta en la conferencia de la Asociación de Cruceros de Florida y el Caribe, que se celebrará a finales de octubre, para calibrar el interés del sector por los posibles cambios en las políticas de turismo de cruceros de las Islas Caimán. La Asociación de Turismo de las Islas Caimán (CITA) también se ha comprometido a sensibilizar a la opinión pública sobre las repercusiones económicas de aprobar o rechazar el atraque.

Mientras tanto, CPR Cayman, un grupo que se opone al proyecto del muelle, ha expresado su preocupación por la viabilidad de las pernoctaciones debido a problemas logísticos y medioambientales. Michelle Lockwood, de CPR Cayman, citó como posibles obstáculos la reducción de la velocidad de los cruceros para cumplir con la normativa sobre emisiones y la competencia de otros destinos.

La propuesta de atraque de cruceros, calificada de "asunto de importancia nacional", se someterá a votación en las elecciones generales del año próximo. El Parlamento aprobó la moción del referéndum con apoyo unánime, y Bryan subrayó las amplias implicaciones económicas si el turismo de cruceros sigue disminuyendo.

Un informe reciente de la Oficina de Economía y Estadística estimaba que la ausencia de un puerto de cruceros en 2024 costaría a las Islas Caimán entre 17.621 y 419.026 visitantes, una tendencia que se espera empeore a medida que las líneas de cruceros desplieguen buques más grandes que no puedan anclar en George Town sin un muelle.