Este tributo fue reducido a 5.000 lempiras (más de 230 dólares) en una reciente reforma solicitada por los empresarios de casinos, bajo el argumento que el pago de 25.000 lempiras por cada máquina los estaba conduciendo a la quiebra.
La medida incluye las máquinas tragamonedas que operan en pulperías, abarroterías, minimercados, mercados, bares, cantinas y otro tipo de establecimientos. La propuesta del diputado comprende que el impuesto sea recibido, administrado y fiscalizado por las alcaldías.
Los ingresos que se reciban -si se aprueba la ley- serán deducidos de las transferencias trimestrales que la Secretaría de Finanzas efectúe a las municipalidades. La iniciativa propone que sin perjuicio de la Ley de Convivencia Social, la autorización de ese tipo de negocios debe ser aprobada en cabildos abiertos.